Fotografía: Especial

 

 

 

Ucrania acusó este sábado a Rusia de frustrar un nuevo intento de evacuación de civiles de Mariúpol y de sembrar el “terror” con bombardeos que dejaron al menos ocho muertos en Odesa.

 

Según el funcionario, Petro Andryushchenko, unos 200 habitantes de Mariúpol acudieron al lugar desde el cual debían ser evacuados, pero fueron dispersados por los militares rusos.

 

 

Informó además que agunas personas fueron obligadas a subir a autobuses que los llevaron hacia una localidad ocupada por Rusia, a 80 km al norte.

 

El ejército ruso reanudó los bombardeos contra la acería de Azovstal, donde se atrincheraron los últimos resistentes, informaron fuentes oficiales ucranianas.

 

El capitán Svyatoslav Palamar, que milita en el polémico regimiento nacionalista Azov, afirmó desde la planta de Azovstal -la única parte de Mariúpol que no está bajo control de las fuerzas rusas- que los defensores habían repelido una oleada de ataques.

 

provisiones.

 

«Todos los edificios en el territorio de Azovstal están prácticamente destruidos. Lanzaron bombas pesadas, bombas rompebúnkeres que causan gran destrucción. Tenemos a heridos y muertos dentro de los búnkeres. Algunos civiles están atrapados debajo de los edificios colapsados», aseguró Palamar.

 

El regimiento de Azov fue un grupo neonazi de extrema derecha que luego se incorporó a la Guardia Nacional de Ucrania. Sus combatientes, al lado de la brigada de la marina, guardias fronterizos y policías, son de los últimos defensores ucranianos que quedan en la ciudad.