Fotografía: Especial 

 

El Papa Francisco decidió levantar el secreto pontificio que impedía que la Iglesia aporte documentos sobre los religiosos que se enfrentan a denuncias por abuso sexual.

Este martes difundió  la instrucción sobre la confidencialidad de las causas, la cual entrará en vigor en cuanto sea publicada en L’Osservatore Romano, en enero de 2020.

Según se indicó, la Iglesia establece en el texto qué considerará como delito de pornografía infantil. En manos de un clérigo se considerará “la adquisición o posesión o divulgación, con un fin libidinoso, de imágenes pornográficas de menores de 18 años”.

También se decidió eliminar la obligatoriedad de que el abogado y el procurador tenga que ser un sacerdote. La Instrucción subraya que “la información se tratará de manera que se garantice su seguridad, integridad y confidencialidad. El fin es proteger la buena reputación, la imagen y la privacidad de todas las personas involucradas”.

Sin embargo, también se insiste en que el secreto de oficio no obsta para el cumplimiento de las obligaciones establecidas en cada lugar por la legislación estatal, incluidas las eventuales obligaciones de denuncia, así como dar curso a las resoluciones ejecutivas de las autoridades judiciales civiles.

Por último, el texto de la Instrucción destaca que no puede imponerse ningún vínculo de silencio con respecto a los hechos encausados. Ni al denunciante, ni a la persona que afirma haber sido perjudicada, ni a los testigos”.

Andrea Tornielli, el director editorial de la Santa Sede, explicó que los documentos no serán de dominio público. Sin embargo, se buscará una relación más concreta con el Estado para colaborar con las copias que se les requieran.

 

 

SJA