Fotografía: Especial

Hidalgo ingresa a la carrera espacial con la puesta en órbita del primer nanosatélite cien por ciento mexicano, acción en la que suma esfuerzos la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Gobierno de Hidalgo iniciativa privada; así como instituciones de ciencia y tecnología. El lanzamiento del objeto está programado para el 28 de febrero desde un cohete en la India.

 

“Hacer de la ciencia y la tecnología una estrategia transversal”, es la visión del gobernador Omar Fayad, quien a partir de reconocer lo hecho por las culturas milenarias que cuestionaron lo incorrecto, lograron pasar de usuarios a generadores de conocimiento, “un razonamiento que en Hidalgo nos hizo mejorar para lograr lo que algunos consideran imposible”.

 

Para el titular del Ejecutivo hidalguense es fundamental abrir las puertas en el tema espacial; por ello, no pondrá una piedra en la tierra sino un nanosatélite en el espacio, con lo cual demuestra que Hidalgo tiene la capacidad para realizar proyectos de gran ciencia.

 

El nanosatélite mexicano es un proyecto sin precedente en México y en Latinoamérica porque involucra el uso de alta tecnología mundial.

 

Este lanzamiento representa el resultado del esfuerzo conjunto y sostenido durante varios años de colaboración entre el Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM y el Gobierno del Estado de Hidalgo para acelerar la inserción de México en el sector espacial.

 

“El desarrollo y validación de dispositivos espaciales están sujetos a protocolos de prueba que exigen lanzamientos experimentales como los 9 que se han llevado a cabo de manera exitosa en Hidalgo y que hoy nos ubican a la vanguardia en innovación en México”, expresa el titular de la Unidad de Planeación y Prospectiva, Lamán Carranza Ramírez.

 

Lo que hacemos desde Hidalgo, bajo la visión del gobernador Omar Fayad innovar es sinónimo de libertad, es ser disruptivos y no temer al fracaso. En 2018 iniciamos un camino que hoy llega a un punto importante en la conquista del espacio.

 

Gustavo Medina Tanco, director del Laboratorio de Instrumentación Espacial (LINX) de la UNAM, explica que una vez puesto en órbita el nanosatélite fluctuará entre los 600 y 400 kilómetros de altura, en una zona conocida como Low Earth Orbit (LEO), en donde también se encuentran la mayoría de los satélites previamente puestos en órbita, los cuales brindan servicios de telecomunicaciones, observación de atmósfera, seguridad y cambio climático.

 

Ahí, -agrega- en la órbita más poblada, en la que incluso está la Estación Espacial Internacional, el nanosatélite permanecerá cinco años.

 

Durante ese periodo, sabremos todo lo que pasa y registra porque el artefacto está equipado con dos sistemas de comunicaciones que mandarán señales, se tomarán fotografías y se demostrará que un nanosatélite mexicano puede prestar un servicio que eventualmente será comercial.

 

El éxito de esta misión permitirá colocar estaciones terrenas pequeñas en espacios emblemáticos y de interés, como escuelas de educación básica o de nivel medio superior y superior.

 

La creación y lanzamiento del nanosatélite, como cualquier otro proyecto de ciencia, es considerado desde este momento como exitoso, considera Medina ya que, en este campo cada prueba, ensayo o plan conducen al camino del desarrollo, generan nuevas posibilidades e incluso plantean nuevos retos a la comunidad científica.

 

Esta misión es un éxito porque sirvió para el desarrollo de tecnologías y recursos humanos indispensable para los planes de largo plazo de LINX, del Laboratorio Nacional de Acceso Espacial, de la UNAM y el Gobierno del Estado de Hidalgo para el posicionamiento de México en el sector espacial como un actor válido, trascendente e independiente técnica y estratégicamente.

 

El lanzamiento del cohete PSLV-C51 está planeado para las 22:54 horas de este sábado 27 de febrero de 2021. La separación del NanoConnect-2 tendrá lugar a las 00:46 horas del domingo 28 de febrero en una órbita circular polar a aproximadamente 504 km de altura.