Mientras Occidente busca un frente común en el que se debate entre una respuesta militar o sanciones para Rusia por su supuesta injerencia en asuntos políticos de Ucrania, ambas naciones se preparan para un posible enfrentamiento bélico.

Rusia movilizó este fin de semana más de cien mil soldados hacia la frontera oriental de Ucrania, otros contingentes iniciaron un despliegue  hacia Bielorrusia y   fuerzas navales de Moscú van desde el Mar Negro hacia el sur.

 

Mientras que este sábado Ucrania recibió  la primera remesa de ayuda militar de Estados Unidos que consta de 90 toneladas de armas y municiones. Por ello tanto el Reino Unido, la Unión Europea y la OTAN se ha pronunciado al respecto sin descartar el desencadenamiento de una guerra.

Lideres de estos países y organizaciones señalan que el Kremlin planea instalar un líder prorruso en Ucrania, advirtiendo que no permitirán este injerencia. Mientras que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia rechazó  las acusaciones del Reino Unido.

El conflicto contempla implicaciones históricas, geopolíticas y económicas que apuntan a una nueva versión de la Guerra Fría, donde podrían participar varias naciones haciendo frente común con Rusia, nación que busca seguir escalando sitios en la lista de potencias mundiales.

 

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