Fotografía: Lorena Montiel
Tizayuca y Cancún se han convertido en los dos municipios con mayor ritmo de crecimiento a nivel nacional, sin embargo en el primero de ellos aún existen más de 250 asentamientos humanos irregulares, que están conformados por aproximadamente 40 mil lotes que carecen de los servicios básicos.
La existencia de estas nuevas unidades habitacionales ha originado una grave problemática para el Gobierno Municipal, sobre todo en materia de prestación y otorgamiento de servicio de primera necesidad como son energía eléctrica, drenaje, agua potable y pavimentaciones, lo que incrementa los índices de pobreza en alguna de sus regiones.
Antonio, tiene 63 años y es originario de San Luis Potosí, pero asegura que hace cuatro años dejó el municipio de Ecatepec para vivir aquí más tranquilo, en donde adquirió un terreno por 120 mil pesos, de los cuales paga de mil 500 pesos mensuales para poder obtener sus escrituras.
Nueva Unión, Ampliación Nueva Unión, Felipe Reyes, Bosques del Carmen, Valle del Carmen, Nuevo México, Las Margaritas, El Mezquital, Los Pirúles, San Fernando, Centenario, Renacimiento, Jacarandas, La Peña, Heberto Castillo, Palo Dulce, San Mauricio, Ampliación Miguel Hidalgo y muchas nombres más, forman parte de los asentamientos irregulares que existen en el municipio de Tizayuca y que no tienen legitimidad, ni estudios de impacto urbano, ambiental y no pagan derechos de subdivisión al municipio, pero que si requieren y exigen servicios básicos.
En estos sitios, no hay calles pavimentadas, mucho menos trazadas o definidas, los caminos son los que el tiempo y los pocos habitantes han hecho con su andar diario; no hay transporte que puede movilizar a la gente a sus trabajos, a la escuela, ni a sus necesidades básicas como la compra de sus alimentos, ya que en estos sitios no existen mercados, tianguis, ni siquiera pequeñas tiendas en donde puedan comprar agua.
Es impresionante ver como ellos construyen sus viviendas, algunas con block y cemento, cuando hay dinero aseguran, otras con block sobre puesto, de láminas y algunas más de cartón con techos de plásticos y pisos de tierra.
Otro testimonio es el de Cristina Juárez Vera, de 32 años, madre soltera de 5 niños, quien vive en condiciones muy precarias desde hace seis años, y quien solicita a las autoridades les brinden los servicios básicos.
SJA