El discurso que impulsó la creación del Estado
–Segunda de tres partes–

Cumplidos los requisitos exigidos por el artículo 72 de la Constitución de 5 de febrero de 1857 se procedió a discutir la erección de la nueva entidad al interior del Congreso de la Unión, donde existía una fuerte corriente opositora para tal medida, ya que consideraban que los fuertes intereses extranjeros que manejaban la minería en las comarcas de Zimapán y Pachuca-Real del Monte, podrían ser nocivos para el país y se corría el riesgo de crear otra república texana.

Tras acaloradas discusiones, el diputado Manuel Fernando, abordó la tribuna del Congreso la mañana del 1º de diciembre de 1868, y pronunció el memorable discurso que días después publicaría el editor hidalguense Vicente García Torres, quien consideró a esta pieza oratoria como parteaguas en la creación de la nueva entidad.

En la democracia, dijo, mandan las mayorías y aquí tenemos mayoría en las poblaciones que desean alcanzar su autonomía y mayoría en los diputados que representan a esa porción del país y, agregó, la Constitución estableció reglas muy claras a efecto de poder altear cuando fuera necesario, la división territorial, a fin de responder a las aspiraciones de los pueblos.

Analizó los antecedentes favorables para la erección al destacar, que durante la vida institucional de esta porción del territorio nacional como Segundo Distrito Militar, comprobó su poder de organización para luchar contra los invasores y contra la inseguridad que privaba en poblaciones como Huichapan, Itzmiquilpan Tulancingo, Pachuca y varios pueblos de la Sierra, que vivían en constante zozobra, debido la existencia de gavillas de salteadores y criminales.

Finalmente abordó la cuestión relativa a la ingobernabilidad que se vivía hasta entonces, debido a la falta de caminos en buen estado y la lejanía de la capital mexiquense –Toluca– para gran parte de los Ayuntamientos del norte –hoy integrantes del Estado de Hidalgo– e hizo hincapié en la necesidad de propiciar mayor desarrollo para ellos. Y concluyó:

Al patriotismo de los representantes de la nación, toca satisfacer ahora las necesidades de los pueblos; porque la revolución armada sigue latente y puede prender en cualquier momento ante la indolencia de la autoridad.

Sin duda alguna, los razonamientos de Soto, fueron decisivos en la votación que creó al Estado, moción aprobada por el Congreso en sesión del 15 de enero de 1869, promulgada por el presidente Juárez un día después, hace ya 150 años.

 

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SJA