La Inundación de 1949 en Pachuca

 

Tras la catástrofe del 24 de junio de 1949, ocasionada por la más mortífera de las inundaciones de que se tenga memoria en la historia de esta ciudad minera, dio inicio la operación de limpieza, que comenzó de inmediato, la tarde del mismo viernes 24 de junio y se prolongó hasta los primeros días del mes de julio, con la ayuda de miembros del Ejército mexicano.

La Solidaridad de los pachuqueños quedó manifiesta en aquella operación que dejó en la ruina a muchos pequeños comerciantes del mercado de la cuchilla y a los propietarios de una decena de puestos semifijos establecidos en los vanos del portal de La Constitución, cuyos negocios fueron destruidos y arrastrados a cientos, sino es que miles de metros de donde estaban asentados.

Pero la catástrofe causó también enormes estragos en los comerciantes establecidos en la primera y segunda calles de Hidalgo, dado que el torrente derribó puertas, aparadores, mostradores y anaqueles, dando al traste con enseres y mercancías, que quedaron inservibles tras el paso de aquella corriente lodosa que arrastró piedras, troncos y desechos de lo destruido.

En esta placa lograda el sábado 25 de junio hacia las 11 de la mañana, se capta el gran operativo de limpieza, emprendido por dueños y empleados de las tiendas ubicadas en la primera calle de Hidalgo, obsérvense en la banqueta apilados, los asientos y bancos de las innumerables zapaterías, así como los restos de mostradores y enseres colocados en las banquetas para intentar su secado, mientras el arroyo de la calle, era sometido a limpieza, apilando en las orillas toneladas de lodo, desechos y piedras.

Palas, cubetas, escobas y jergones, pasaban de mano en mano para coadyuvar a restañar la enorme herida que la inundación, acaecida dieciséis horas antes, había causado en todos los comercios de la calle de Hidalgo.

Para ese momento muchos negocios permanecían cerrados realizando inventario de sus pérdidas. Un habitante del Pachuca de aquellos años, refería que durante las dos semanas siguientes, fueron sacados a remate: zapatos, sombreros, vestidos, pantalones, camisas, chamarras y otros objetos, que fueron rápidamente adquiridos por las familias más pobres, que así, se vieron de alguna manera beneficiadas.

Recuerdos, que la bruma de los años, parece haber borrado, rescatados a 70 años de aquella catástrofe, por la lente fotográfica, fuente inagotable de historias y noticias del pasado pachuqueño.

 

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SJA