Fotografía: Especial 

 

Cientos de personas se están concentrando en una zona remota de Nevada (EE UU) en una especie de peregrinación a la instalación conocida como Área 51, donde creen que el Gobierno estadounidense esconde los secretos sobre la vida extraterrestre, lo que ha obligado a reforzar las medidas de seguridad en torno a la base militar.

Este viernes se reunieron para el evento denominado «asalto al Área 51», una convocatoria difundida por Facebook que empezó aparentemente como una broma, pero que hizo que dos millones de personas dijeran que se iban a lanzar sobre la secretísima base militar donde, aseguran, el Gobierno esconde «la verdad» sobre las visitas de marcianos y otras vidas extraterrestres a la Tierra.

Según informó el País, la fuerte presencia policial y el dispositivo de seguridad militar montado a la entrada de las instalaciones ha disuadido a los concentrados en la zona (muchos menos de los que se esperaba inicialmente) siquiera de intentar la entrada a la carrera al Área 51. De momento.

La gente ha venido a divertirse», ha asegurado el sargento Orlando Guerra, de la División de Investigación del Departamento de Seguridad Pública de Nevada. El Departamento de Defensa ha advertido a los asistentes de que se guarden mucho de intentar el asalto.

Los visitantes empezaron a llegar desde el jueves temprano a la pequeña ciudad desértica de Rachel, el núcleo habitado más cercano a la base militar, a unos 240 kilómetros al norte de Las Vegas.

Allí se ha organizado un auténtico espectáculo. Los visitantes han establecido un pequeño campamento junto al único negocio abierto al público, el motel y restaurante Little A’Le’Inn, de temática extraterrestre. Y han aparcado sus coches, caravanas y tiendas de campaña. Algunos turistas han colgado alienígenas inflables de sus caravanas.

La base militar estuvo envuelta en secretismo durante décadas, lo que avivó la teoría conspirativa de que albergaba los restos de un platillo volante y los cuerpos de su tripulación alienígena, víctimas del choque de un vuelo no identificado en Roswell, Nuevo México, en 1947. El Gobierno de Estados Unidos no confirmó la existencia de la base hasta 2013, cuando se publicaron archivos de la CIA que decían que la base se utilizó para probar aviones espía.

 

SJA