Fotografía: Ivet Pasquel
Ante la celebración de Día de Muertos, las inmediaciones del mercado primero de mayo luce repleta de diversos productos y artículos que se necesitan para montar el tradicional altar de muertos y preparar los platillos típicos de la temporada.
El color, los aromas y los sabores que se combinan en el ambiente que se vive en las calles de la capital, representa un viaje a las tradiciones del país y su cultura.
Los olores del cempasúchil y el copal se entrelazan en los pasillos del mercado primero de mayo, resalta también la fruta, el papel picado, las velas de cera natural, es lo que más abunda entre la variedad de puestos.
Desde temprana hora, cientos de personas abarrotaron el centro de la ciudad para comprar lo necesario, colocar su ofrenda y recibir a sus Santos Difuntos, como parte de sus tradiciones que aún prevalecen y tienen arraigadas.
Con la llegada de la celebración de Día de Muertos y la colocación de las tradicionales ofrendas, la demanda de flor de cempasúchil y terciopelo, crece considerablemente, dijo una vendedora.
Por ramo, docena, maceta o paca, se vendió la flor de cempasúchil y la mano de león, que fueron las flores que más adquirieron los compradores.
Los comerciantes que se ubican cerca del mercado se preparan para redoblar sus ventas de dulces típicos, como las calaveritas de azúcar, la calabaza y un gran colorido de fruta cristalizada.
Para muchos de los comerciantes del lugar, la vendimia de productos de Día de Muertos es una tradición heredada por sus padres y sus abuelos, por lo que ellos continúan con agrado colocando sus puestos y honrando la memoria de sus seres queridos.
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