Fotografía: Especial
Los venecianos están acostumbrados al ‘acqua alta’, el agua alta, la marea, pero en la noche del martes no esperaban que la ciudad sufriera la segunda más alta de su historia: 187 centímetros.
Para este miércoles se produjo otra marea importante, pero fue solo de 1,50 metros.
La mayor registrada hasta ahora se produjo en 1966: fue de 1,94 metros, la cual tuvo lugar en el mismo momento en que Florencia sufrió la famosa inundación que destruyó parte de su patrimonio.
El martes se inundó el 88 por ciento de la capital del Véneto, y este miércoles, el 70 por ciento, por lo que el agua entró en casas, tiendas, restaurantes, hospitales, edificios públicos y palacetes, y obligó a los turistas a dejar los hoteles con las maletas sobre sus cabezas.
Todos los pueblos de la costa véneta han sufrido daños y las playas han sido barridas por el mar. Además, se han registrado dos muertos, uno electrocutado cuando intentaba devolver la luz a su vivienda y otro de un infarto.
El teatro de Ca’ Pesaro sufrió un incendio, aunque los mayores daños se localizan dentro de la basílica de San Marcos, cuya cripta está inundada. El agua, llena de salobre, restos de petróleo y contaminantes, corroe los mosaicos medievales de los zócalos y embebe la madera.
Al respecto, el alcalde Luigi Brugnaro dijo: «Es un desastre anunciado» y detalló que 10 centímetros más o menos de marea suponen una gran diferencia para una ciudad artificial, construida sobre palafitos que han resistido siglos.
SJA