Fotografía: Especial 

Valle de Tizayuca.- Debido a la contingencia por el COVID-19, comercios fijos, semifijos y ambulantes de los distintos municipios que conforman el Valle de Tizayuca ya empiezan a resentir los estragos del aislamiento social, pues sus ventas a decir de ellos se han desplomado en más de un 60 por ciento.

En algunos de los casos como los de los restauranteros estos ya empiezan a cerrar sus comercios pues aseguran que no pueden cubrir el sueldo del personal, e incluso ni siquiera sacan para completar para el pago de la renta del local y mucho menos para el pago de impuestos, ni siquiera para lo que invierten en materia prima, lo que representa pérdidas.

A escasos días de haberse puesto en marcha esta contingencia, los propietarios de negocios como tiendas de regalos o boutiques registran ingresos nulos, pues no son productos de primera necesidad, lo que podría provocar un colapso, ya que de sus ingresos dependen sus familias.

Otros que recientes los efectos de la pandemia son los vendedores de barbacoa del municipio de Villa de Tezontepec, quienes durante el fin de semana pasada tuvieron que rematar su mercancía para que no se les echará a perder, porque no han tenido clientes y ello se refleja en su economía.

Los comerciantes aseguran que si estas pérdidas las están resintiendo en la primera semana de la contingencia que se esperan con el paso del tiempo, es obvio que no podrán resentir y no saben que pasará con el sustento de las familias que trabajan en estos sitios y que dependen de ahí también, por lo que piden el apoyo de las autoridades estatales y federales.

 

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