Fotografía: Especial 

 

Pese a que continúa la pandemia ocasionada por el COVID-19, Martín Martínez Destunis, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Masa y la Tortilla  en Hidalgo afirmó que se ha logrado estabilizar la producción de tortilla en un 60 por ciento.

Informó que no han podido recuperar sus ventas debido a que las tortillas que se comercializan para  hacer chalupas, tacos y las que se distribuyen en restaurantes y hoteles, son negocios que aún no se han activado en su totalidad.

Aseguró que el precio de este producto de primera necesidad para los mexicanos lo podrán sostener mientras no haya incrementos en materias primas incluso dijo que han absorbido estos aumentos que se dieron a inicio de este año, por lo que confió en que se mantengan los precios porque de otra manera sería insostenible.

“Mientras no nos suban el precio de las materias primas ni los insumos seguirá estable el precio de la tortilla en la entidad”, garantizó.

Informó que actualmente la tonelada de maíz se vende a 5 mil 500 pesos, lo que representa un ligero incremento con respecto al año pasado mientras que la harina se comercializa a 11 mil 500 pesos.

“Nosotros mantenemos el precio de la tortilla desde hace dos años, pero en el mes de enero nos subieron los precios de los insumos, por lo que se pensaba en subir el precio del kilo de tortilla, pero debido a la pandemia se decidió esperar”, destacó.

Explicó que el precio de la tortilla se rige por la oferta y la demanda, por lo que es ilegal estipular un precio, por lo que en dado caso que un industrial pretenda aumentar el precio lo puede hacer pero debe justificar el incremento.

Martínez Destunis afirmó que esta industria fue considerada como actividad esencial en esta emergencia sanitaria, por lo que no han cerrado sus negocios, aunque dijo que han cumplido con los protocolos de seguridad e higiene para la protección de su personal y de los clientes.

Comunicó que las tortillerías que están cerradas que alcanzan un 2 o 3 por ciento se debe a que no aguantaron la presión económica que provocó la pandemia, aunado a que el 15 por ciento de los negocios se traspasaron, es decir que cambiaron de dueño.

Aseveró que la tortilla es un producto que es consumido por toda la población mexicana, pero es un alimento de carácter popular que forma parte de la nutrición de las personas que viven en condiciones de vulnerabilidad.

“Nuestros mejores clientes son los que menos tienen, por lo que un aumento en el precio de la tortilla le pega a este sector, por lo que no sería ético por parte de los industriales subir el precio de este producto”, finalizó.

 

 

SJA