Fotografía: Especial

 

Autoridades japonesas empezaron a verter aguas residuales radiactivas tratadas de la nucleoeléctrica dañada de Fukushima al Océano Pacífico, una medida controversial más de 12 años después de que un enorme terremoto y un tsunami que obligaron a aplicar medidas de emergencia para contener las crecientes cantidades de agua radiactiva en la planta.

El Gobierno y el operador de las instalaciones dicen que la descarga de las aguas residuales es una parte inevitable de su desmantelamiento y se llevará a cabo con seguridad, aunque el plan enfrenta oposición dentro y fuera de Japón.

El terremoto y el tsunami de marzo de 2011 destruyeron los sistemas de enfriamiento de la planta, lo que provocó que tres reactores se derritieran.

Agua de enfriamiento altamente contaminada aplicada a los reactores dañados ha estado filtrándose continuamente a los cimientos de los edificios y se ha mezclado con el agua de los mantos freáticos.

Con información de Sin Embargo

 

FMS