Fotografía: Especial

 

En el marco de las celebraciones por el 175 aniversario de la erección del municipio de Chilcuautla, el próximo 7 de junio se llevará a cabo el 1er Festival del Tlacoyo y la Gordita, una iniciativa que busca rendir homenaje a la historia de este municipio hidalguense, al tiempo que fortalece sus raíces culturales y gastronómicas.

La presidenta municipal Gabriela Escamilla destacó que este festival “es una fiesta que honra el legado de nuestras cocineras y cocineros tradicionales, así como el valor de los ingredientes que nos da la tierra. No se trata solo de conmemorar un hecho histórico, sino de proyectar a Chilcuautla como un destino gastronómico y turístico en crecimiento”.

La gastronomía ocupa un lugar central en las tradiciones del municipio, siendo el tlacoyo y la gordita expresión auténticas de su identidad culinaria.

Elaborados a base de maíz y rellenos con productos locales como haba, frijol, requesón, chicharrón o flor de calabaza, estos platillos no solo representan el sabor del campo, sino también la sabiduría ancestral que se preserva generación tras generación. 

A través de este festival, se busca preservar, difundir y revalorar estas tradiciones gastronómicas, impulsando al mismo tiempo el desarrollo económico local y el turismo cultural en la región.

El evento contará con una variada cartelera cultural, que incluirá presentaciones artísticas, música en vivo, elevación de papalotes y una serie de concursos que buscan fomentar la participación de la comunidad, especialmente de las infancias. 

Entre ellos, destaca el «Concurso infantil de salsas», con premiaciones de 2 mil, 1,500 y 500 pesos, así como el esperado Concurso del «Tlacoyo más grande», que entregará premios de 5 mil, 3 mil y 2 mil pesos a los tres primeros lugares, respectivamente. 

A lo largo del día, los asistentes podrán disfrutar además del pabellón gastronómico y artesanal, espacio dedicado a la exposición y venta de productos locales, fortaleciendo así las cadenas de valor comunitarias.

Este festival es una muestra del compromiso de Chilcuautla con la conservación de su identidad y la proyección de su riqueza cultural como un motor de desarrollo sostenible.

 

KNM