Fotografía: Cris Huerta

 

Entre los elementos más representativos que acompañan a las ofrendas este Día de Muertos se encuentra la flor de cempasúchil, símbolo del camino que guía a las almas hacia el mundo de los vivos, y la conocida flor de terciopelo o flor morada, que aporta contraste y elegancia a los altares.

En entrevista para Al Día Noticias, Flavio, comerciante del mercado Primero de Mayo, compartió su experiencia respecto a la venta de flores durante esta temporada.

Señaló que, aunque “ha habido movimiento”, las ventas no han alcanzado el nivel esperado: “La venta se encuentra floja”, expresó, al explicar que en comparación con otros años “se veía más flujo de gente así como una mayor venta”.

El comerciante indicó que pese a la baja afluencia de compradores, el costo de la flor disminuyó ligeramente: “Este año la compramos a 300 pesos cuando el año pasado no bajaba de 400”, comentó.

Explicó que esta reducción se debe en parte a las condiciones del campo y a la oferta de productores locales que lograron mantener precios accesibles; sin embargo, aclaró que la baja en el precio no se ha traducido en un aumento significativo de las ventas.

Flavio detalló que entre las flores más solicitadas, la de color morado suele ser la más cara, aunque la tradicional amarilla de cempasúchil sigue siendo la más buscada por las familias: “Siempre la flor más cara es la morada, pero la que más se pide y se vende es la típica amarilla”, mencionó.

El comerciante relató que inicia la venta desde el 27 de octubre, cuando comienzan a llegar los primeros compradores que buscan preparar sus ofrendas con anticipación.

Comentó que el día con mayor movimiento es el 31 de octubre, cuando se pone desde las 7 de la mañana hasta las 8 de la noche, pues durante esa jornada las familias acuden a los mercados para adquirir las flores con las que adornarán sus altares y tumbas.

Sobre los precios al público, Flavio explicó que al igual que otros vendedores del mercado, ofrecen el ramo de cempasúchil en 20 pesos o tres ramos por 50 pesos.

“Al estar todos en el mismo mercado se tienen que igualar los precios de los demás”, dijo, destacando que la competencia entre comerciantes es constante, pero necesaria para mantener las ventas equilibradas.

A pesar de las dificultades, el ambiente en el mercado es de entusiasmo y esperanza: “Cada año es diferente, a veces se vende más, a veces menos, pero lo importante es mantener la tradición”, expresó con una sonrisa mientras organizaba los ramos que adornan su puesto.