Fotografía: Especial
El sábado 1 de julio, la Diócesis de Huejutla celebró 100 años de erigirse canónicamente, ante la presencia del Nuncio Apostólico en México, Mons. Joseph Espiteri.
En la Explanada del Reloj del centro de Huejutla, el representante del Papa en México dijo a los más de 3 mil feligreses presentes que la devoción a Totata Jesús (Nuestro Padre Jesús) es un estímulo para seguir viviendo en hermandad.
En su homilía en la que reiteró su mensaje a la unidad, Joseph Spiteri expuso que pese a la actualidad que vive el mundo “no tenemos pretexto, tenemos a Dios para ser constructores de paz”.
Acompañado por los tres señores obispos de la Provincia de Hidalgo, el Nuncio Apostólico dijo que la fuerza para vivir en comunión entre Iglesia y pueblo de Dios está en cada uno de los bautizados, laicos, religiosas y sacerdotes, unidos con su obispo, caminando juntos “en sentido sinodal como nos dice el Papa Francisco”.
Ante el anhelo de vivir en paz, aceptó que muchas veces se presenta como “un objetivo bastante difícil”, pero no renunció al sueño de que cesen las armas, el mundo progrese y exista mayor concordia, tiempo de escucha, perdón, agentes de ayuda y trabajo digno para todos.
Joseph Espiteri arribó a Huejutla un día antes de la Misa con la que se celebraron este sábado los 100 años de la diócesis, y rápidamente se envolvió en el ambiente festivo de la Huasteca.
“Qué lindo es poder celebrar juntos los aniversarios. Hoy justamente es un día de fiesta para celebrar el centenario de nuestra querida Diócesis de Huejutla”, dijo al inicio de su homilía en la que se dio tiempo para destacar la presencia de los pueblos originarios, las tradiciones, colores, flora, fauna, matices, evangelizadores y colonización que le ha dado vida a la Iglesia particular.
Además, aseguró que la Diócesis de Huejutla a lo largo de su historia ha recibido dones y gracias que la hacen distinta de las otras diócesis.
“No queremos olvidar la riqueza histórica y cultural de los pueblos originarios que siempre han habitado esta región, con su diversidad de lenguas y tradiciones y que recibieron y acogieron el anuncio de la Buena Noticia”.
Fue Mons. José Hiraís Acosta Beltrán quien agradeció su presencia, acompañado de la feligresía presente, presbiterio, seminaristas, religiosas, religiosas y autoridades civiles.
“Viva Cristo Rey y Santa María de Guadalupe”, dijo el obispo de Huejutla ante la asamblea reunida.
Por su parte, la Diócesis de Huejutla agradeció la presencia del Nuncio Apostólico, “quien viene a confirmar la fe, a motivarnos a seguir dando testimonio de nuestra fe”.
“Su presencia también nos fortalece en unidad, nos hace ver que no caminamos solos, que no somos una Iglesia aislada”, expuso el padre Gerardo Arenas en el mensaje a nombre de la Iglesia particular.
“En estos 100 años hemos buscado sembrar la semilla del Evangelio contando con el entusiasmo, generosidad y espíritu de sacrificios de ocho obispos, tantos sacerdotes y otros muchos agentes de pastoral que han trabajado para responder a las necesidades de la gente de la Sierra y la Huasteca”, agregó.
Antes de finalizar la Eucaristía que se prolongó por poco más de dos horas, en la que fueron hechas peticiones en náhuatl y se ofrecieron signos de la cultura nativa de Huejutla, Mons. Joseph Spiteri pidió “al Totata Jesús por la intercesión de Santa María de Guadalupe, nuestra madre, se digne seguir bendiciendo a todo el Pueblo de Dios de la Diócesis de Huejutla en este feliz centenario y cada día”.
La Diócesis de Huejutla fue creada por el Papa Pío XI mediante la Bula “Inter Negotia”, el 24 de noviembre de 1922.
Canónicamente fue erigida el 1 de julio de 1923 por el obispo de Tamaulipas, Don José Guadalupe Ortiz.
Actualmente, la Diócesis de Huejutla está integrada por 44 parroquias y dos cuasiparroquias, cuenta con 109 clérigos diocesanos, 102 presbíteros, siete diáconos, diez sacerdotes religiosos, tres comunidades religiosas y 34 seminaristas (3 Seminario Menor, 2 Curso Introductorio, 29 Seminario Mayor).
FMS