Fotografía: Cris Huerta
El encuentro final por el título del torneo de medios Funcope, entre ADN y sus amigos y Club Real Prensa Guerreros, fue una mezcla de nervios, pasión y orgullo, el sábado, en las canchas del CEUMH.
Ambos equipos se conocían bien: el año pasado protagonizaron la misma historia, una final intensa, con resultado favorable para el Caballo Negro.
Esta vez, el destino los volvía a poner frente a frente, con el reto de defender el título vigente para el ADN y sus amigos, y la esperanza de consolidar un bicampeonato histórico.
Desde el inicio, la cancha fue testigo de un duelo equilibrado, primeros minutos marcados por el toque rápido, la presión constante y las llegadas de peligro en ambos arcos.
Cada balón disputado levantaba emociones desde la tribuna; cada pase certero desataba los aplausos de los compañeros, reporteros y aficionados que se dieron cita para apoyar a sus equipos.
A la mitad del primer tiempo, Club Real Prensa Guerreros se fue adelante en el marcador al aprovechar un error en la salida del ADN y sus amigos.
El líder del torneo pegaba primero y buscaba que se repitiera la misma historia de los partidos previos: mantener su ventaja y llevarse la victoria.
Pero la alegría no duraría mucho, pues fiel a su estilo, el ADN no bajaría los brazos y encontraría recompensa antes del descanso: en un saque de banda Bryan Rojas tocó el balón para Angel Monter y de derecha mandó el balón a las redes para el 1-1 parcial.
Tras la pausa del primer tiempo el partido se tornaría ríspido, con tarjetas para ambos lados, reclamos, jugadas fuertes, pero sin goles para determinar al campeón.
Seis faltas cometidas y Club Real Prensa Guerreros cambiaría el tiro de castigo por gol a su favor y nuevamente ponerse en ventaja 2-1.
Cuando parecía que el habría un ganador, Luis ‘Chino’ Godínez despejó, Angel Monter peleó el balón con un defensa y el portero rival terminó por meter la pelota en su portería, por lo que el partido estaba empatado nuevamente.
El tiempo corría, los nervios aumentaban, y cuando el árbitro marcó el silbatazo final el marcador no bastaba para definir al campeón: el título se decidiría en la tanda de penales, esa prueba donde el temple, la mente y el corazón pesan más que la técnica.
Angel Monter marcaría el primero para ADN y sus amigos, pero Club Real Prensa Guerreros empataría la serie en su turno; después John Medina anotaría para el ADN, pero Club Real Prensa Guerreros lo haría también.
La serie de penales ya era a matar o morir, a partir de entonces quien fallara se quedaba con las manos vacías; llegó el tercer penal para cada equipo: Fili Monter, capitán del ADN, lo mandaría a las redes para meter presión al rival.
El jugador de Club Real Prensa Guerreros se preparó, respiró profundo y lanzó el disparo, pero el balón encontró el travesaño.
El silencio se apoderó del lugar por un instante… hasta que la euforia estalló. Los jugadores del ADN y sus amigos corrieron desde la mitad del campo hasta llegar con su portero Luis Godínez para celebrar el logro que tanto habían trabajado: el bicampeonato de la Funcope.
El Caballo Negro lo había hecho de nuevo: venir de atrás, empatar el marcador en dos ocasiones y al final terminar con la victoria a su favor.
Entre gritos, aplausos y felicitaciones, algunos jugadores se dejaron caer al césped, agotados; otros alzaban los brazos al cielo, mientras la emoción se reflejaba en sus rostros.
No sólo ganaron un trofeo más, reafirmaron su lugar como uno de los equipos más sólidos y comprometidos dentro de la liga de medios.
Este nuevo triunfo no sólo representa la continuidad de un proyecto deportivo, sino el reflejo de un grupo unido que combina el compañerismo fuera de la cancha con la disciplina y la pasión.
ADN y sus amigos se consolida así como un equipo que sabe jugar, resistir y, sobre todo, ganar en los momentos decisivos.
El bicampeonato no fue casualidad: fue resultado de la constancia, la confianza y el corazón que caracteriza a cada uno de sus integrantes con seis finales consecutivas, tres campeonatos en su historia y un bicampeonato.