Fotografía: Especial

Caídas, deshidratación,  insolación, enfermedades diarreicas y  accidentes de tránsito son algunos de los riesgos a los que se exponen los menores de edad al participar en las peregrinaciones religiosa, advirtió la directora del Hospital de la Niñez Hidalguense, Georgina Romo Hernández.

Es por ello que recomendó a los padres de familia dejar a sus hijos en sus casas o con algún tutor, de modo a no exponerlos a grandes esfuerzos y altas temperaturas que puedan provocar un riesgo a su salud.

Solicitó a los padres de familias que sean responsables, ya que los organismos de los niños, niñas y jóvenes no están preparados para tan grande esfuerzo.

Compartió que tan solo un descuido de los padres de familia puede ocasionar que sus hijos sean atropellados por un automóvil, que se caigan o incluso dijo que se han presentado robos de menores.

Además, mencionó que los ingresos hospitalarios de adolescentes y mayores de 15 años, frecuentemente son por traumatismo craneoencefálico, ya que llegan a accidentarse de camionetas, pues muchas veces no miden el peligro.

De manera conjunta, reveló que  han atendido a menores con quemaduras por las velitas que se utilizan o las luces de bengala, por lo que exhortó a que eviten la utilización de este tipo de artefactos que podrían provocar una seria lesión.

“No lleven menores a las peregrinaciones, ya que sólo se someten a un riesgo y los menores ni siquiera lo disfrutan, aunado a que son muchas horas las que los menores están sometidos al sol y a la intemperie, lo mínimo que les pueda dar en una enfermedad viral”, señaló.

A las caravanas,  sugirió llevar un vehículo como guía y otro como retaguardia con luces preventivas y torreta color amarillo para alertar a los automovilistas, no caminar o correr fuera del área de acotamiento o resguardo y no transportar a personas en la parte trasera de vehículos de redilas para evitar caídas y lesiones.

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