Fotografía: Edén Torres

“Perdí un seno, pero gané vida”, relató Esther López Lugo, sobreviviente de  cáncer de mama y esta es su historia:

Cuando piensas que todo va bien en tu vida y sientes esa tranquilidad que a ti nada malo te puede pasar, de pronto algo interrumpe ese momento de bienestar por el que estas pasando y no llega solo…. llega acompañado de otras situaciones que te ponen al límite.

Esther siempre fue una mujer sana que realizaba deporte y hacia sus actividades diarias sin ningún problema, “pero después de la calma vienen tormentas,” primero sufrió el abandono de su pareja, por lo que tomó la decisión de separarse.

Mientras resolvía su situación legal, al bajar de un automóvil la puerta se cerró y recibió un fuerte golpe en el pecho, al instante sintió un dolor intenso que provocó que salieran sus lágrimas.

Después de unos días, el dolor cesó, no sentía nada, pero se percató que tenía un pequeño endurecimiento, en ese momento se preocupó y acudió al médico donde le realizó una mastografía y un ultrasonido.

“Jamás podre olvidar a la señorita que nos agendo la cita, cuando le dije que no era posible esperar dos meses más para el estudio, porque sentía que el endurecimiento era más grande”, relató.

El cáncer no se detiene, no sabe de economía, lugar y tiempo, expresó la mujer de más de 40 años, quien, al no recibir la cita, acudió al centro de salud de su colonia y a su vez fue canalizada al Hospital General para realizarse el ultrasonido.

A solo un día de haberse sometido a la biopsia, recibió un citatorio para acudir a los juzgados y firmar los convenios del divorcio, lo que trajo consigo la separación de su familia, pues su pareja se quedó con su hijo, mientras que ella se quedó con la custodia de su hija de 6 años.

“Me detectaron cáncer el 18 de noviembre del 2016, me sentía preparada para recibir el diagnostico, entonces supe que tenía mucho que hacer”, dijo.

Desborde mi confianza en Dios y en los médicos, fue así como inicie con quimioterapias cada 20 días hasta que se cumplieron 6, siendo un proceso doloroso, explicó.

Perdió el cabello, sufrió descalcificación, lo que provocó que perdiera algunas piezas dentales, pero el tumor ya se había reducido con las quimioterapias, no como se esperaba, por lo que fue necesario una mastectomía.

Después de 15 radiaciones, ahora se encuentra en un proceso de vigilancia que conjunta con la visita a un grupo emocional.

 

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