Panorámica de Pachuca en 1919.

Hace cien años, este era el panorama de la ciudad de Pachuca, fueron tiempos difíciles, la plata había disminuido su valor dramáticamente –aunque en los años posteriores la caída sería brutal– para una ciudad que vivía ligada íntimamente a la actividad extractiva, se iniciaba una historia aciaga. En aquel año la población de Pachuca, había disminuido de 50 mil habitantes a principios de siglo a 40 mil para entonces, es decir un decremento de casi una cuarta parte, diez mil almas menos.

La placa nos permite observar, como la planta de Loreto al norte de la ciudad, se transformaba para adaptar el nuevo sistema de beneficio por cianuración que sustituía desde 1906 al de amalgamación o de Patio, descubierto por Bartolomé de Medina en esta ciudad a finales de 1554.

Nótese que el barrio del Arbolito en el margen izquierdo, era prácticamente al poniente, el ultimo rescoldo habitado de este antiguo lugar minero, pues la mina del Porvenir se levantaba enhiesta sin encontrarse rodeada como hoy de asientos habitacionales.

Al centro puede aún apreciarse la existencia de la Hacienda de Beneficio “Progreso” donde años después se estableció la embotelladora “la Minera” que produciría también la famosa Coca Cola.

El majestuoso Reloj de la Plaza Independencia, no tenia en altura rival alguno, de modo que podía verse a gran distancia y en muchos casos escucharse sus campanas y ver sus caratulas, ya que ese fue su cometido cuando se construyó; de igual forma el edificio del Instituto Literario en el poniente, dejaba que su imagen sobresaliera en medio del caserío, desplantado en sus inmediaciones.

Pero lo más significativo es que la ciudad tenía camo frontera al norte, por un lado el convento de San Francisco y el Parque Hidalgo y por el otro la estación del ferrocarril Hidalgo, ubicada donde hoy se encuentra la Plaza Juárez, era una ciudad que podía recorrerse de palmo a palmo tanto de Norte a Sur, como de Oriente a Poniente, en tan solo veinte minutos de caminata, una ciudad como dijera Rafael Cravioto, más pequeña, pero con más sabor provinciano, sin que ello significara detrimento en su vida cultural o artística, pues eran tiempos en que las más importantes compañías de teatro, iniciaban aquí su temporadas artísticas.

Sea esta panorámica el mejor regalo para los lectores y visitantes de este diario Digital que ha logrado en tan poco tiempo, afirmase en el gusto de los lectores, ¡felices fiestas decembrinas para todos y mis mejores de deseos para 2020 veinte, veinte!, “capi cúa”.

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