Fotografía: Especial

Alrededor de 3 hectáreas de tierra se convirtieron en un colorido campo de girasoles en el municipio de Tututepec, en la sierra de Oaxaca.

Los campesinos locales plantaron al menos 200 mil girasoles con el objetivo de preservar a las abejas de aquella región. Debido a que la población de los polinizadores disminuyó drásticamente en los últimos años debido a la agricultura intensiva que emplea plaguicidas.

El proyecto de conservación de las abejas en esa región se está desarrollando entre los campesinos y especialistas ambientales de la Universidad de Chapingo.

“Las abejas, inocentemente, van a un cultivo de maíz, de chile” al que han aplicado pesticidas y mueren en el lugar o regresan a la colmena y la contaminan, explicó Ricardo González, ingeniero agrónomo de la Universidad de Chapingo.

El especialista advirtió que la situación es crítica ya que casi todas las especies de las 2 mil existentes en México están en peligro de extinción. por lo que destacó la importancia de que los agricultores hayan optado por sumarse a este importante programa de protección y conservación.

De acuerdo  con una investigación en Massachusetts los girasoles proveen de aminoacidos que elevan la salud de las abejas elevando su calidad y tiempo de vida.

Respecto al cultivo de girasol en los campos de Oaxaca, están participando alrededor de 80 campesinos, y funciona en varias vertientes pues el colorido atare a visitantes quienes reciben pláticas sobre el ambiente y cuidado de las abejas, las flores pueden ser vendidas por unidad o en volúmenes grandes.

El resto de la planta cuando se descompone sirve como alimento al ganados, mientras que las semilla puede ser utilizada para la elaboración de aceites, mientras que la flor en su tiempo vital sirve como alimento a las colmenas colocadas a unos 800 metros del corredor de girasoles.

 

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