Fotografía: Especial 

 

Irregularidades y atropellos al interior del Centro de Readaptación Social (Cereso) de Tula de Allende, son denunciados por parte de los familiares y amigos de los internos que se encuentran recluidos en este lugar, quienes aseguran que estos hechos atentan contra sus derechos humanos.

Argumentaron que desde venta de espacios para la visita conyugal hasta la distribución de droga, son situaciones que viven constantemente los reclusos, quienes tienen que pagar por el uso del área conyugal y a veces pasan varios días sin agua en esas zonas por lo que también les piden dinero para otorgarles un poco del líquido.

Explicaron que tienen conocimiento de que el pan llega para todos los días y solo lo otorgan a los reclusos tres veces a la semana, mientras que las naranjas son vendidas a los reos y la carne es insuficiente o escasa; a veces los guisos son simplemente agua, sin ningún nutriente y a pesar de ello, deben de pagar por eso.

Los molestos familiares dijeron que cuando quieren llamar a los internos, a estos les cobran por cada minuto de conversación, lo que fue calificado como un abuso que no puede ser controlado por los custodios, pues son ellos a quienes señalan como responsables de permitir el ingreso de sustancias tóxicas.

Relataron que el 95 por ciento de los internos son adictos, porque es algo permitido en este lugar, por lo que piden a las autoridades que intervengan en esta situación y pongan un alto, pues este sitio no mantiene las condiciones propicias para ser un lugar de readaptación que le permita a los internos reinsertarse a la sociedad cuando concluyan su condena.

 

 

SJA