Fotografía:Especial

El gobierno del estado de Hidalgo declaró Patrimonio Cultural Tangible de los Hidalguenses los sitios asociados a la tragedia de la Mina El Bordo que se suscitó el 10 de marzo de 1920 en la comunidad del mismo nombre y que se ubica en el municipio de Pachuca de Soto.

A 100 años de este lamentable acontecimiento, es necesario no solo realizar la colocación de una placa conmemorativa en memora de las víctimas, sino de reflexionar acerca de las condiciones laborales de la extracción minera y de los sistemas de trabajo de esta industria a fin de prevenir accidentes y situaciones fatales.

En el decreto se explica que la minería es una actividad económica iniciada en el siglo XVI y que marcó la transformación de la población hidalguense en diversos aspectos, por lo que hoy las construcciones industriales de la minería, así como la cultura minera constituyen elementos del patrimonio cultural material e inmaterial de la entidad.

De acuerdo a la investigación de, Yuri Herrera, en su libro “El incendio de la mina El Bordo” la tragedia sucedió el 10 de marzo de 1920 a las siete de la mañana, cuando, José Luis Linares, percibió un incendio al interior de uno de los socavones de la mina, poniendo en riesgo la vida de los trabajadores.

Aunque se tomaron las medidas de evacuación pertinentes para que se usara el elevador de la mina, no se logró tener comunicación ni respuesta de los trabajadores de los otros niveles por lo que al ver que el elevador regresó vacío los administradores norteamericanos creyeron que todos habían salido.

Motivo por el cual se determinó cerrar los tiros de El Bordo y La Luz para así sofocar totalmente el incendio, determinando que cuando no hubiera humo se entraría a rescatar a las posibles víctimas del incendio. Tras dos días de iniciado el incendio, el 12 de marzo, se abrió una de las bocas.

En estas labores de rescate se detectó que muchos cuerpos calcinados estaban en la boca de la mina, donde se presume que las personas que aparentemente habían intentado huir y hallaron cerradas las vías de escape.

Para el 16 de marzo el saldo final fue de 87 personas fallecidas y 7 sobrevivientes en uno de los niveles, quienes durante seis días estuvieron en la oscuridad total, respirando el humo, bebiendo agua tóxica y sin comer.

Hay que referir que los lugares que los terrenos y restos de que se tratan en este decreto son las minas de El Bordo, La Luz y Sacramento, así como la fosa común donde fueron sepultadas las víctimas y en general a todo sitio vinculado a los acontecimientos.

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