Fotografía: Especial

Pachuca, Mineral de la Reforma, Tula, Tizayuca y Tepeapulco son los municipios en donde se detectó la presencia del virus de COVID-19 en aguas residuales, reveló Mayra de la Torre Martínez, directora del Centro de Investigación y Desarrollo en Agrobiotecnología Alimentaria (CIDEA).

Explicó que en Hidalgo se utilizan las aguas negras provenientes de la Ciudad de México para riego agrícola fundamentalmente maíz, alfalfa y verduras en la zona de Ixmiquilpan, por lo que podría constituir un riesgo a la población si se filtra a los campos de cultivo que se irriga con estas aguas.

Mencionó que investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) y del Centro de Investigación y Desarrollo en Agrobiotecnología Alimentaria (CIDEA), emprendieron un proyecto para cuantificar el virus en las aguas, lo que permite conocer la evolución de la enfermedad en las personas que han presentado síntomas y las que no.

En este sentido, informó que han hecho un análisis en las aguas de riesgo desde la entrada a la planta de tratamiento de aguas y siguiendo el río Tula hasta los campos agrícolas, donde reveló que cuantificaron el virus, en agua, suelo y verduras.

“Hemos encontrado concentraciones muy altas del COVID-19 en las aguas, en suelo y en las verduras como cilantro. En la mayoría de los canales de riego si hemos encontrado el virus, en el río también”, informó.

Afirmó que el virus sobrevive a las aguas negras, es decir, que han detectado que esta presente el material genético y hasta ahora se desconoce si tiene capacidad de infectar o no y cuánto tiempo dura activo.

La directora del CIDEA puntualizó que cuando una persona se contagia de COVID-19, desecha el virus a través de sus heces fecales desde el inicio de la infección, por lo que se inició la investigación en aguas residuales, lo que permitió saber cuántos contagiados hay en determinada región o ciudad.

Detalló que en Pachuca en julio había más de cien mil infectados de acuerdo a los datos de cuantificación del COVID-19, pero la mayoría no presentaron síntomas.

“Son tantas las personas que presentan síntomas como los que no presentan, entonces se puede encontrar el virus en las aguas negras y se puede cuantificar la concentración del virus SAR-Cov-2 y se correlaciona con el número de personas infectadas”, resaltó.

Ante un posible rebrote en el estado, dijo que la toma de muestras en las aguas residuales sería una estrategia inteligente para afrontar el COVID-19, ya que permitirá identificar focos rojo y a partir de ahí tomar medidas e implementar políticas públicas

Mencionó que a diferencia de las pruebas PRS que realizan para detectar el virus, cuyo costo regular es de mil pesos y de realizarse 30 mil, representa un costo de 30 millones de pesos, el análisis de aguas residuales su precio es de 8 mil pesos, lo que significa una medida eficaz para detectar el virus.

 

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