Dignidad humana

 

Dignidad humana es un término que trae performance a quien la dice, más se nos olvida quién la vive. La dignidad es el valor que cada ser humano tiene para sí mismo, lo cual implica respeto y libertad en su ser racional e individual.

Los líderes de iglesias, religiones, sectas, seguidores espirituales, etc. Han hablado durante la historia sobre la dignidad del hombre y la sociedad está al pendiente de lo que dicen y hacen esos personajes para de inmediato emitir una crítica. No se diga lo que dice el líder de la iglesia católica; los medios de comunicación ante cualquier circunstancia, se preguntan ¿qué dice la iglesia católica? Y ahora no es la excepción; después de que el Papa Francisco emitiera en una entrevista un comentario sobre esta dignidad de la que tanto se pregona, pero poco se aplica; ha sido blanco de críticas de parte de los conservadores donde reprueban el supuesto matrimonio que avala el Santo Padre, entre personas del mismo sexo.

En una primera instancia es tan reprobable el rechazo social que se tiene hacia las personas con preferencias sexuales distintas, como si eso las hiciera una escoria social; cuando a veces el hecho de juzgarlas nos hace peores de lo que pensamos que son ellas.

Lo que el Papa emitió fue el derecho que cada persona tenemos de pertenecer a una familia, donde recibimos amor, comprensión, buen trato y sobretodo nos respetan como somos. ¿Dónde está el agravio?

También mencionó que ninguna persona homosexual debe sentirse miserable por tener preferencias sexuales diferentes. Y vuelvo a insistir ¿dónde está el agravio?

Definitivamente quien reprueba estos comentarios, debiera analizar su corazón; ya que quien lo critica y da por hecho que está autorizando matrimonios del mismo sexo, está más distorsionado que lo que realmente dijo el líder de la iglesia católica.

Muchas veces he observado personas homosexuales que tienen una empatía sincera para ayudar a su prójimo, capacidad de comprensión infinita, derrochan bondad hacia sus semejantes y tienen grandes cualidades; sin embargo, son tratados como “apestados” porque pareciera que fueran un espectro del infierno por tener una preferencia diferente a la que las reglas sociales y morales reprueban. Habría que preguntarse quién tiene el corazón más corrompido, si quien tiene preferencias sexuales o quien juzga esas preferencias creyendo que el perfecto es él.

Concluyo haciendo una invitación a aplicar la frase vive y deja vivir; ocúpate de vivir y ser responsable de tu vida, no de la de los demás.

Sé feliz, que para eso hemos sido creados.