No bajemos la guardia

 

Desde hace un año con la noticia del virus Sars-Cov-2 el mundo empezó un cambio en todas las esferas de la humanidad.

El confinamiento aún no para, seguimos en grave peligro por las mutaciones que ha tenido el virus, las nuevas cepas vienen otra vez a revolucionar a los expertos en la medicina.

Este virus fue creado en un laboratorio con fines destructivos y considero que se les salió de control, utópicamente queriendo hacer una guerra bacteriológica colocando por encima de la vida su ambición de poder, pero con la sabiduría de la naturaleza no se juega y el virus se les salió de control.

A estas terribles acciones nos hemos tenido que habituar y padecer duelos fuertes, desde la pérdida de un ser querido hasta la pérdida de bienes materiales; hemos aprendido a vivir con lo indispensable y a vernos lo mínimo.

Sin embargo, creímos que con la aplicación de las vacunas venceríamos al virus y resulta que cada vez hay nuevos y diferentes casos con sintomatología diferente, otra vez los hospitales llenos y el semáforo en rojo.

Ciertamente las mutaciones del virus propagan la enfermedad de manera sorpresiva, pero también seamos honestos: bajamos la guardia.

Actuamos de manera positiva y congruente durante un tiempo considerable; sin embargo, ya no tomamos con seriedad las medidas sanitarias: vemos personas sin cubrebocas, los vecinos hacen reuniones, los jóvenes arman reventones y en la vida ordinaria familias enteras salen de compras a centros comerciales sin prevención alguna.

No condeno bajo ninguna circunstancia la apertura de locales para la reactivación de la economía, lo que es detestable es la falta de responsabilidad al realizar actividades que nos ponen en riesgo a todos y que además son innecesarias como las fiestas de cumpleaños y eventos sociales.

Con todo respeto los cumpleañeros no dejarán de sumar una vela más al pastel si no hacen reuniones para su festejo.

Hoy les invito a que no bajemos la guardia, sigamos siendo responsables de nuestra vida y la de los demás.

Cada uno somos responsable de salvaguardar nuestra integridad y la de los demás; si yo me protejo, te protejo a ti.

Así como hacemos las redes sociales, hagamos la red de los cuidados sanitarios ante este virus que día a día cobra la vida de miles de personas: no retemos lo que aún no conocemos.

Si alguien no valora su salud y su vida, que no ponga en riesgo la de los demás. Sigamos las medidas sanitarias y hagamos caso a nuestros gobernantes al respecto de cierres de espacios; si acatamos, más pronto saldremos.

Cuida a los demás como si fueras tú.