Yo soy provida

 

La naturaleza no habla nuestro lenguaje; sin embargo, nos enseña más de lo que creemos o queremos. Me refiero a que cuando los seres humanos atacamos a la naturaleza, ella reacciona.

Concretamente en este mes hemos tenido una situación compleja sobre diferentes hechos donde la naturaleza ha protestado y trata de decirle a los seres humanos: ¡Basta! Y nosotros no escuchamos lo que nos quiere decir.

¿O crees que es casualidad el hecho de que justo el día que aprobaron el aborto tembló en México? No, no es casualidad; la naturaleza está protestando, estamos atentando contra la vida misma.

Con la indiferencia estamos apoyando crímenes donde un ser sin haber nacido debe dejar de existir solo porque alguien no está de acuerdo en que disfrute de la vida. Lo más terrible es que el ser que quiere quitarle la vida es su madre.

No hay atrocidad más cruel que esta. Con el pretexto de que con su cuerpo puede hacer lo que ella desee en total libertad sin respetos humanos. ¡Cuánta vileza!

He observado cómo las perritas lamen a sus cachorros, los abrigan y protegen con la vida. Y no concibo cómo una persona atente contra su propia sangre.

Hoy estamos en la época de me estorbas, te quito. Me caes mal, te ignoro. Es la era de lo light y lo desechable. Del cero compromiso, donde las relaciones son de te uso y te desecho.

Y aún tenemos el descaro de preguntar por qué tembló, por qué las inundaciones, por qué tanta catástrofe. ¿Qué le pasa a la naturaleza?

No mi querido ser humano… ¿Qué te pasa a ti? Ya perdimos la conciencia y lo último que buscamos es el bien común, porque quien nos domina es el ego.

Esa típica frase de primero yo, luego yo y al último yo nos empapa de egoísmo y nos deja atados a ser quienes no somos por naturaleza.

Yo soy provida y te invito a decir sí al amor, sí a la vida, sí a lo más valioso que tenemos los seres humanos: la libertad.