Fotografía: Especial

 

 

Con casi 350,000 personas atrapadas sin agua ni electricidad en la ciudad portuaria de Mariúpol, bombardeada por las tropas rusas desde hace casi un mes, Ucrania rechazó este lunes el ultimátum ruso de entregar la ciudad.

El mando militar del Kremlin había advertido a las autoridades de Mariúpol que tenían hasta «las 5 de la mañana del 21 de marzo» para la rendición de la ciudad, a cambio de permitir la salida de civiles a través de los corredores humanitarios y un alto al fuego definitivo, al menos en la zona.

Esta y otras demandas fueron presentadas por el ministerio de Defensa de la Federación Rusa en un documento de ocho páginas que envió a Kiev.

Sin embargo, durante las primeras horas del lunes, la viceprimera ministra ucraniana, Iryna Vereshchuk, dijo que no dejarían de defender a Mariúpol.

“Enviaron la misma carta a la ONU, al Comité Internacional de la Cruz Roja y esperaban que las organizaciones internacionales reaccionaran y comenzaran a presionar a Ucrania. Esto no sucederá. El CICR y la ONU entienden que es una manipulación de Rusia y que está tomando personas como rehenes”, respondió la viceministra.

Por su parte el presidente ucraniano Volodimir Zelenski dijo en una entrevista con medios europeos «Ucrania no podrá cumplir el ultimátum. No podremos hacerlo físicamente. ¿Cómo se puede hacer esto? Tendrían que eliminarnos a todos y entonces su ultimátum se cumplirá automáticamente».

Mariúpol es un objetivo clave en la guerra del presidente Putin en Ucrania porque constituye un puente terrestre entre las fuerzas rusas en Crimea y el territorio ucraniano controlado por Rusia.

 

YOG