Libertad emocional

 

En estos tiempos se habla mucho de la libertad: libertad de expresión, libertad de pensamiento, libertad financiera, libertad, libertad, libertad.

Me pregunto si sabemos qué es libertad. Quizá sea algo tan abstracto que no lo podríamos encerrar en un concepto concreto.

Cada persona es libre de pensar, creer o tener lo que le sea posible o de acuerdo a sus deseos. Lo importante es no lastimar a los demás con ello.

Libertad en el valor axiológico, es un don que la divinidad da a cada ser humano para el disfrute del universo, no para aprovecharse de eso y ser verdugo de los demás, abusando de su vulnerabilidad.

Ahora bien, el ser libre es vivir en plenitud, en ecología emocional; quitando todo poder a quien sea que le hayas permitido darle tu tranquilidad, tus emociones, tu felicidad.

Esa es la verdadera libertad, actuar con tus propias creencias y sin respetos humanos, manipulados del qué dirán, del cómo me ven; si nos amáramos como somos, no tendríamos que tener la aprobación de nadie.

Lamentablemente estamos tan inmersos en un mundo superfluo que no da tranquilidad, plenitud y sano juicio.

Cada ser humano deberíamos de pedirnos perdón por todas las veces que no hemos sido nuestra prioridad, por las veces que dejándonos llevar por el qué dirán hemos tenido acciones despreciables y hemos dejado que nuestra libertad la use el amigo, la esposa, el compañero de trabajo, el jefe, menos yo.

Te invito a no desanimarte desde luego ha solución, y una vez que has despertado ya no permitirás que nada ni nadie te robe lo que por derecho divino te corresponde.

El secreto está en ti, en que realices una autorreflexión y detectes a quién o a quiénes has entregado tu libertad y entonces decidas liberarte y tener ¡alas de mariposa!, para trascender en la misión de vida para la que has sido creado.