Fotografía: Especial

 

Tras el hackeo a la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por el grupo “Guacamaya”, se dio a conocer que el Ejército vigila a los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa y a colectivos feministas, a quienes ubica a la par de los grupos subversivos, anarquistas y guerrillas del país; revelaron que también han intervenido los teléfonos de los grupos que espían.

También salió a la luz una radiografía de los grupos sociales que operan y se movilizan en la capital, varios de ellos responsables de actos vandálicos y agresiones callejeras, enviada al Centro Coordinador de Fusión de Inteligencia Militar de la Ciudad de México.

La Sedena identifica la existencia de 15 colectivos feministas relevantes en la CDMX, entre ellos Bloque Negro, Coordinadora 8M, Las Brujas del Mar, Marea Negra, Coordinadora 8M y Colectiva Aquelarre Feminista.

También se dio a conocer en los documentos filtrados que la Sedena encubrió abusos sexuales, cometidos por parte de cargos superiores a subalternas y a civiles, a veces en grupo, otras con prácticas de tortura, y violaciones a derechos humanos.

Destaca que el programa Pegasus ha seguido operando en México durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, con nuevos objetivos de la sociedad civil y el periodismo pese a su negativa de vigilancia en el país.

El malware espía solo se vende a gobiernos para perseguir terrorismo y criminales, pero en México se usa para atacar a defensores de derechos humanos, periodistas, activistas, políticos de oposición y ciudadanos sin vínculos con actividades ilegales.