Sánate

Hola mis queridos lectores, el día de hoy quiero compartirles un tema que tiene mucho de moda; sin embargo, poco de conocimiento verdadero: hablo sobre el famoso tema de las heridas de la infancia.

Son miles de personas que creen saber del tema y lo mencionan como si fuera una película de algún cineasta famoso y no es así, hablar de las heridas de la infancia de una persona va más allá de lo mental, es algo espiritual.

Si conoces personas inseguras, evasivas o miedosas, son quienes quieren ser invisibles por la herida del rechazo.

La herida de la humillación es cuando las personas a sí mismas se ridiculizan, y son “rescatadoras” de los alcohólicos, perritos de la calle, personas codependientes; porque desean ser serviciales para que las vean.

Cuando tienden a hacerse las víctimas, conmiserándose por lo que les sucede y expresan “pobre de mí, como sufro”, se considera que se tiene la herida de la injusticia.

Las personas controladoras, sin duda tienen la herida de la traición: rígidas, dictadoras, quieren tener todo bajo control y si no es así, revienta en ira.

Finalmente comento la herida del abandono, donde las personas son codependientes y buscan sobremanera relaciones tóxicas donde dependan de ella y a la vez dependan de él.

¿Te resuena alguna actitud? Es importante ser sinceros para determinar qué actitud es la que más te llega, porque todo lo anterior se puede recodificar, nada es para siempre; en cualquier circunstancia hay claros y oscuros.

Lo más maravilloso es que tú puedes sanar tu vida y la de tu linaje; es tan curativo llevar el proceso de sanación que cuando te liberas tu vida se transforma.

Anímate a hacer las cosas diferentes y lleva a cabo procesos de sanación personal que impacten en tu calidad de vida.

Si no te gusta lo que sientes y cómo vives… simplemente sánate.