Fotografía: Cris Huerta
A sólo unas horas de la Nochebuena, la Central de Abastos de Pachuca se convirtió en un hervidero de actividad, con cientos de familias realizando compras de última hora para preparar la tradicional cena navideña.
Entre prisas y empujones, compradores buscaron los ingredientes esenciales para las recetas que se servirán en sus mesas, enfrentándose a precios variables de productos.
Entre los artículos más solicitados se encuentran el pavo, la pierna de cerdo, frutas para ensaladas, verduras, especias y los insumos necesarios para los romeritos y tamales.
Un breve sondeo entre los asistentes reveló que el precio de algunos productos como frutas de temporada: manzana, caña, plátano y uvas, presentan variaciones de acuerdo con su origen.
La manzana nacional se vende en alrededor de 35 pesos el kilo, mientras que la importada alcanza los 50 pesos; las uvas, un símbolo indispensable de la celebración, se oferta entre 80 y 120 pesos el kilo, dependiendo de la variedad.
“Cada año es lo mismo, dejamos todo al último, pero hay que adaptarse”, comentó Rosa Martínez, una compradora que aguardaba en la fila para pagar verduras.
Vendedores también reportaron un aumento en la demanda de productos como hierbas de olor, jitomates, papas, chiles secos y cacahuates.
Por ejemplo, el jitomate ronda los 28 pesos el kilo, mientras que el chile guajillo llega hasta 140 pesos el kilo, dependiendo de la calidad; además de los ingredientes para las recetas tradicionales, no pueden faltar las bebidas.
El ponche de frutas es otra de las estrellas de la noche, por lo que cañas y tejocotes son artículos imprescindibles; en promedio, el kilo de tejocote se encuentra en 45 pesos el kilo y la caña en 25 pesos el kilo.
A pesar de las aglomeraciones y la premura, el ambiente es festivo, con vendedores que ofrecen descuentos a quienes compran en mayores cantidades y compradores que aprovechan para socializar entre puestos.
Finalmente, la recomendación de los comerciantes es realizar las compras con antelación en años futuros para evitar las largas filas y aprovechar mejores precios.
“Siempre hay quienes vienen un día antes con toda la lista, pero ya es parte del espíritu de estas fechas”, dijo entre risas Enrique Gutiérrez, vendedor de frutas.
Así, entre regateos, bolsas llenas y el bullicio típico de estas fechas, la Central de Abastos se reafirmó como el corazón de las festividades decembrinas en la región.