Fotografía: Especial
Tras 18 días de protestas, distintos grupos de civiles, políticos opositores y hasta cuerpos policíacos se han amotinado en diferentes puntos de Bolivia, lo que motivó al presidente recién reelecto, Evo Morales a denunciar un golpe de estado.
Sin embargo las contradicciones entre el mandatario y los mandos de seguridad se incrementaron ya que estos últimos negaron estar participando en las manifestaciones que mantienen el caos en prácticamente todas las ciudades de aquel país, argumentando que los policías se encuentran acuartelados y no amotinados como acusó el presidente.
A pesar de ello el ministro de Defensa, Javier Zavaleta, aclaró que no aplicará una operación militar para someter a los policías rebeldes, en caso de que se compruebe que hay elementos que participan en las protestas.
Las protestas iniciaron luego del anuncio de que Evo Morales estaría al frente del gobierno por otro periodo más, al salir victorioso en los pasados comicios, sin embargo grupos opositores han acusado fraude.
La tensión incrementó después de que el gobierno rechazara una auditoría para verificar la legalidad de los comicios, de esta forma su contendiente durante las elecciones, Carlos Mesa, comenzó a organizar marchas y protestas.
«Hermanas y hermanos, nuestra democracia está en riesgo por el golpe de Estado que han puesto en marcha grupos violentos que atentan contra el orden constitucional. Denunciamos ante la comunidad internacional este atentado contra el estado de derecho», expresó Evo Morales mediante un mensaje en su cuenta de Twitter.
Denunció que Carlos Mesa Esta persuadiendo a mandos del ejército a desconocer al gobierno actual.
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