Fotografía: Nelly Téllez

 

Investigadores de cuatros estados colaboran conjuntamente para identificar factores psicosociales asociados a conductas alimentarias de riesgo que puedan provocar sobrepeso y obesidad, esto permitirá generar un solo modelo de intervención que permita modificar los hábitos alimenticios antes de sobrepasar el peso idóneo y mejorar la salud pública.

Rebeca María Elena Guzmán Saldaña, investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SIN) Nivel 1, refirió que este macro proyecto se desarrolla en Hidalgo, Ciudad de México, Baja California y Tamaulipas con el propósito de comparar datos.

Si bien la investigación tiene dos líneas con diferentes sectores poblacionales: menores de edad y adultos, en Hidalgo se está desarrollando la que tiene que ver con la diada madre-hijo en relación a las prácticas de crianza de alimentación usadas, para desde aquí detectar factores de riesgo.

También se evalúa la autoeficacia, es decir, cómo se autoevalúa el infante o adolescente con relación a su capacidad para controlar el peso en dos sentidos, tanto en su alimentación como en su actividad física, sin dejar de lado la influencia de los medios de comunicación respecto al concepto del cuerpo y lo que esto impacta en la imagen corporal propia.

Con base en esto se están desarrollando dos modelos de intervención para prevenir conductas alimentarias de riesgo y así reducir las posibilidades de padecer un trastorno alimentario asociado a la obesidad, pues hoy en día México ocupa los primeros lugares en el mundo por sobrepeso y obesidad.

Las dos modalidades de intervención son: una a través del uso de una aplicación virtual y otra de manera presencial donde se incluyen a las madres de familia y docentes para modificar las prácticas alimentarias; en ambos casos se tienen avances positivos.

La idea de trabajar una misma investigación en cuatro estados permitirá crear un modelo único de intervención, ya que al comparar las variables culturales y gastronómicas se podrá mejorar la salud pública, aunado a que se tendrá personal especializado que sabrá aplicar técnicas preventivas para una alimentación saludable.

Se espera que esta investigación concluya en 2020 a fin de poder hacer las comparaciones de las intervenciones en otras poblaciones y hacer planteamientos oportunos que permitan generar acciones de atención temprana, así como también teorías para seguir aportando a la materia.

 

SJA