Fotografía: Especial

 

Los trasplantes a nivel estatal y nacional están paralizados debido a que el 90 por ciento de los hospitales en el país se han destinado para la atención de pacientes contagiados de Covid-19, informó Juan Pablo Flores Garnica, encargado del Centro Estatal de Trasplantes.

Contextualizó que en el 2019 a nivel nacional se realizaron cerca de 3 mil trasplantes renales, mientras que en el 2020 se efectuaron 900, lo que significa que la actividad se redujo en una tercera parte.

En México, un total de 23 mil 083 pacientes están en registro de espera, de los cuales 17 mil pacientes requieren de un riñón y 5 mil 690 pretenden obtener una cornea, mientras que en Hidalgo se contabilizan 50 pacientes en espera de un riñón y 40 esperan una cornea.

Admitió que muchos de los pacientes en la lista de espera seguramente han sido víctimas mortales del virus, por lo que harán una revaluación una vez que pase la pandemia para saber a detalle de las cifras reales en los registros de espera.

Detalló que los trasplantes a nivel nacional se realizan en nosocomios públicos, donde no se atienden a pacientes contagiados del virus, los cuales son muy pocos, pero en su mayoría se hacen en hospitales particulares.

Afirmó que en Hidalgo la actividad de trasplantes quedó paralizada, debido a que el Hospital General de Pachuca es el nosocomio que hace este tipo de intervenciones y actualmente atiende a pacientes contagiados de Covid-19.

Señaló que el año pasado recibieron una donación del Hospital del Niño DIF Hidalgo, pero se enfrentaron a una situación muy difícil debido a que no tenían dónde colocar los órganos.

“La mayoría de los hospitales no están haciendo trasplantes y desafortunadamente no se pudo aprovechar corazón e hígado, no hubo receptores que aceptaran trasplantarse en ese momento”, lamentó.

Mencionó que la pandemia ha provocado que sea muy compleja la actividad de donación y trasplante porque los hospitales son potencialmente Covid-19, de modo que el proceso y  la logística para obtener un órgano es más complicado debido a que no pueden someter a los pacientes.

Destacó que en los hospitales todas las muertes prácticamente se  consideran Covid-19 hasta no demostrar lo contrario: “Es muy difícil ahorita porque todo paciente que falleciera, independientemente que no estuviera con diagnóstico de Covid-19, por protocolo se le tendría que hacer una prueba para descartar la enfermedad y obtener los órganos”.

Explicó que en para realizar un trasplante en los hospitales se manejan de acuerdo a códigos, por lo tanto en código rojo no se pude hacer ningún trasplante a menos que sea urgencia y de acuerdo a los protocolos solo se pueden intervenir pacientes en códigos amarillo o verde.

Por último, hizo un llamado a los pacientes que requieren de un trasplante o que hayan sido intervenidos a que se cuiden en la medida de lo posible, para que no sean contagiados del virus debido a que pueden poner en riesgo su salud.