¿Cómo se eligen los congresos en México?

“Un Estado democrático moderno no puede renunciar al principio de representación, pero tampoco puede excluir el concepto de participación puesto que ambos son manifestaciones del principio democrático de la soberanía popular, que se complementan y se apoyan mutuamente en su relación”.

(H.P. Schneider, Democracia y Constitución)

 

Uno de los objetivos de los procesos de elección es la representación, en esta entrega se tratará de abordar el tema, desde el punto de vista de la traducción de la manifestación de la voluntad popular (votos), en representación (formulas electorales), sin trastocar otros temas que corresponderían a la ética política de los actores políticos.

Ante la imposibilidad en la actualidad, de procesos de deliberación directos en las cuestiones públicas, se hacen necesarias asambleas deliberativas representativas para la toma de decisiones que competen a los integrantes de una comunidad. Ésa es la razón lógica y política de los congresos o legislaturas que habrán de emitir leyes que serán de aplicación general y por lo tanto tendrán una repercusión de una u otra manera, en todos aun cuando no se crea tener algo que ver con la “política”.

Así las primeras fórmulas electorales y las más simples son las de mayoría, en éstas la opción política que tenga el mayor número de votos es la que resulta ganadora, y no obstante que es una fórmula electoral sencilla y sin grandes problemas de interpretación, su aplicación tajante en órganos plurales, lleva a problemas en la representación de quienes votaron; como es, que el que gana, gana todo y los que pierden, pierden todo; dicho de otra forma, quien no gana la mayoría de los votos tampoco representación; además que si se suman la votación de los no ganadores, regularmente es mayor que la propia opción mayoritaria, lo que algunos autores llaman las ” tiranías de las minorías”.

Por otra parte: si únicamente aplicamos fórmula de mayoría para elegir un colegiado, pudiera darse el caso de una sobrerepresentación de una fuerza política con la subsecuente subrepresentación de las demás. Sería inimaginable hoy que un solo partido político fuera el único representado en un Congreso, lo anterior desapareció en la historia electoral de país desde los años sesenta, con los diputados de partido, que fueron las curules que iban obteniendo fuerzas políticas, distintas a la mayoritaria, de acuerdo a porcentajes de votos preestablecidos en la legislación electoral de la época.

Lo anterior fue el embrión de lo que después se conocería como representación proporcional, en donde un determinado número de diputados tienen que ser asignados a los partidos, que aun sin obtener la mayoría de votos, alcanzan ciertos diputados, de acuerdo a la proporcionalidad de su votación, por eso es que la integración de la actual Cámara de Diputados Federal, es de 300 diputados electos por el principio de mayoría relativa en distritos electorales uninominales (los que elegimos directamente en el distrito electoral que nos corresponde) y 200 por el principio de representación proporcional en circunscripciones electorales plurinominales (estas diputaciones se entregan a los partidos políticos que además de reunir ciertos requisitos como la postulación mínima de candidatos y un porcentaje de votación, se le asignan diputaciones de acuerdo a su porcentaje de votos alcanzado en la elección).

También es importante señalar, que ningún partido político por sí solo, puede hacer reformas a la Constitución General de la República, lo que debe garantizar que las modificaciones al máximo ordenamiento del país, no pueda estar sujeto a la voluntad de una sola fuerza electoral, sin que se busquen y obtengan los consensos necesarios con las demás, pues aun en elecciones claras y contundentes, hacia una opción determinada, las distintas fuerzas políticas deben de ser escuchadas y tomadas en cuenta sus opiniones, pues de no hacerse, se corre el riesgo de un descarrilamiento del orden constitucional.

Por lo anterior, es importante el vínculo entre participación electoral y representación política, así los altos índices de afluencia ciudadana en las últimas elecciones son importantes y ahora viene la etapa de la representación que habrá de darse en los órganos representativos del pueblo que integran el primero de los poderes que marca el propio texto constitucional.

SJA