Teatro Bartolomé de Medina en 1916

 

No se sabe con exactitud el año en el que fue iniciada su construcción, en principio auspiciada por un grupo de inversionistas españoles –la sociedad familiar Maquivar-Barquín– quienes tras invertir fuertes sumas de dinero, entregaron la construcción al gobierno de Antonino Tagle, en 1872.

La edificación se encontraba ya en obra negra, como puede apreciarse en un testimonio fotográfico de aquel año. Mucho tiempo pasó antes de que se retomara su construcción, pues fue hasta 1881, cuando el Gobernador Rafael Cravioto, reinició los trabajos para su conclusión, inaugurándose finalmente el 15 de enero de 1884, con la presencia del Gral. Porfirio Díaz, Presidente de la Republica, quien ese mismo día inauguró el servicio de alumbrado público a través del sistema eléctrico incandescente.

Para concluir su edificación, fue contratado el Arquitecto Cayetano Tangasi, quien a su vez, utilizó los servicios del célebre escenógrafo mexicano Joaquín Herrera y Gutiérrez, para realizar la decoración de sus interiores. Su hermosa fachada de clásica arquitectura, se realizó en bien tallada cantera de Tezoantla –la misma que se utilizó para construir el Banco de Hidalgo y el monumental Reloj de la Plaza Independencia– obras que caracterizaron al estético centro comercial de la ciudad.

Desde su inauguración, esta sala, se convirtió en un sitio de verdadero privilegio para los pachuqueños, hasta su escenario llegaron las voces de Ángela Peralta y Esperanza Iris y desfilo la inefable belleza de María Conesa y Virginia Fábregas; así mismo se presentaron las más afamadas orquestas sinfónicas, compañías de ópera, zarzuela, teatro, danza y otros espectáculos, aquí se efectuaron los informes de Gobierno por cerca de sesenta años y se celebraron las fiestas del centenario de la Independencia así como las de Covadonga; en 1920, fue instalada en su interior una caseta cinematografía que proyectó las primeras películas de cine mudo en largo metraje y las producciones pioneras del cine sonoro.

Finalmente en enero de 1942, este fastuosos edificio fue demolido por la implacable piqueta oficial, para construir en su lugar a una terrible mole de concreto y acero, que el vulgo denominó “Adefesio Reforma”. El teatro se ubicó en lo que actualmente es la entrada al estacionamiento subterráneo de la Plaza Independencia, frente a la bocacalle de Leandro Valle.

 

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