Fotografía: Edén Torres

 

La única verdad de este mundo es que todos vamos a morir; sin embargo, el deseo de permanecer viviendo esta vida llena de altibajos y de aplazar un poco más el momento final se mantiene y esto es lo que precisamente se refleja en los bailables de las cuadrillas huastecas durante la celebración del Xantolo.

Con más de 25 años de ser integrante de una cuadrilla huasteca, el profesor jubilado de primaria indígena, Manuel Alvarado Bautista, explicó que las cuadrillas son grupos de danzantes integrados por hombres de todas las edades quienes se disfrazan de mujeres con máscaras para engañar a la muerte y huir al ritmo del son huasteco.

El profesor es habitante de Huitzotlaco, municipio de Atlapexco, lugar cálido y rodeado de vegetación por donde quiera que se mire, los cerros brillan de verde y el aire se siente limpio, aunque por esta época, el ambiente también está impregnado sutilmente del olor a velas, copal, cempoalxóchitl, tamales y chocolate.

El «profe», como le dicen sus compañeros de cuadrilla, comentó que no es una tarea sencilla pertenecer a estos grupos pues se requiere de dedicación y constancia para agarrar condición física, por lo que deben prepararse mínimo con un mes de anticipación.

Ya que su tarea no es solo bailar un par de canciones, sino que es recorrer las casas para bailar en búsqueda de recibir fondos económicos o en especie para la fiesta del destape de los danzantes que se hace en diciembre y con lo que oficialmente se cierra la celebración del Xantolo.

Explicó que hoy en día si bien la esencia de la tradición se mantiene, ésta ha sufrido algunas modificaciones, pues aunque allí en Huitzotlaco el elemento original es bailar con un diablo que los persigue, a veces se incursiona a la muerte con su fina y fría guadaña para hacerlo más carnavalesco, por lo cual la música también debe ser diferente diferente.

De igual manera subrayó que aunque hoy ver a las cuadrillas uniformadas es común, esto también es un agregado, ya que si se habla de vestimenta típica, anteriormente se hacía con el traje indígena, es decir, con naguas y calzón de manta. Aunque con el tiempo imitaron el estilo ladino, vocablo que hace referencia a los mestizos, el cual ha permanecido un poco más.

Pero a últimas fechas cuando se hacen concursos se les exige ir todos uniformados, de ahí que algunos grupos adopten esta forma con el fin de distinguirse por sobre el resto de grupos.

A sus 57 años de edad, el profesor comentó que estas cuadrillas están integradas por hombres de todas las edades a fin de que desde muy temprano las nuevas generaciones aprendan la tradición para que ellos la preserven, por ello recalcó que mientras él pueda, seguirá zapateado para engañar a la muerte cuando hace sus recorridos en la tierra para llevarse al siguiente.

 

 

SJA