Fotografía: Edén Torres

 

A la semana en el Panteón Municipal de Pachuca se incineran entre siete a ocho cuerpos que fallecieron por COVID-19, así lo informó Jesús Rivera Hernández, coordinador general del Panteón Municipal.

Pese a que en los últimos dos meses el número de defunciones por esta enfermedad en el municipio han repuntado, comunicó que el inmueble no se ha saturado, por lo que han podido recibir a los cuerpos de las personas que pierden la vida a causa de la enfermedad.

“Afortunadamente no hemos tenido un aumento desproporcionado del número de cuerpos por COVID-19, y es que muchos de los fallecidos no son de Pachuca, sino de los municipios o comunidades aledañas”, explicó.

“A la semana, recibimos entre siete a ocho cuerpos para incinerar, lo que no se ha desproporcionado porque es el número que se ha manejado en los últimos dos meses, y las sepulturas tenemos entre cuatro y cinco a la semana”, informó.

Refirió que en el mes de julio se le dio mantenimiento general al horno de incineración para continuar ofreciendo el servicio de forma puntual y evitar contratiempos durante esta emergencia sanitaria, el primero que se realiza en 10 años.

Destacó que durante 15 días no ofrecieron el servicio de incineración debido a que era necesario llevar a cabo el servicio para garantizar la prestación a los usuarios, con lo que podrá ofrecer hasta 2 mil servicios más.

Añadió que a pesar del poco presupuesto han hecho mejoras al mausoleo municipal, donde se han realizado labores de limpieza debido a que impera el crecimiento de la maleza, además de que se mantuvo el parque vehicular, se le dio mantenimiento a un velatorio y se hizo la reparación del horno.

Para solventar la falta de espacio, informó que se construyó la estructura para cien gavetas, en las que se coloca el féretro y se sella con cemento y dejaron el plan para realizar mil más que podría realizar la próxima administración.

 

SJA