Fotografía: Emmanuel Castañeda 

Una casona que data de 1534 y es considerada como una de las primeras edificaciones de la capital poblana.

La Casa del Mendrugo lleva este nombre porque se construyó con las sobras de materiales que los jesuitas pedían o limosneaban entre la población de aquella época.

Esta edificación guarda años de historia, incluso se dice que en esta casona se hospedó Agustín de Iturbide y fue donde las monjas elaboraron por primera vez los chiles en nogada.

Actualmente es un restaurante que cuenta con un museo donde se exhiben muñecas de totomoxtle (hojas de maíz seco).

Y también es el hogar de “Chuchita”, nombre que le dieron a los restos humanos encontrados junto con vestigios prehispánicos de la cultura Olmeca en el patio central de la propiedad en el año 2008.

Según investigadores “Chuchita” es la
habitante más antigua de Puebla, ya que se calcula que los restos tienen más de 3500 años de antigüedad.

Pero eso no es todo, también exhiben una colección de lozas comunes y finas que datan de los siglos XVI , XVII, XVIII IX y XX.

El museo también cuenta con una pequeña muestra de juguetes y muñecos de plomo, vasijas de cerámica en pedazos y otras piezas históricas.

En la Casa del Mendrugo también podrás admirar una colección extraordinaria denominada “Amos por Siempre: El misterio de los Cráneos Zapotecas”, que consta de códices, 10 cráneos humanos grabados pertenecientes a gobernadores zapotecas, caracoles marinos y decenas de relatos de cómo llegaron estos vestigios al museo.

Así que ya lo sabes, La Casa del Mendrugo es un atractivo turístico e histórico que tienes que conocer.