¡Porque soy mujer!

 

Hace ocho días les compartí la vacuna contra violencia de género, hoy lo retomo y surge la idea de escribir acerca de la dignidad de la mujer. 

Dice José Antonio Plancarte y Labastida, pedagogo mexicano: «La ventura o la desgracia de una familia, depende de la mujer»; esto lo escribió hace dos siglos y aún sigue vigente, como cuál palabra de profeta. 

En el escenario que sea las mujeres somos un pilar para fortalecer o para aniquilar. ¿Nos damos cuenta del empoderamiento que nos regala el ser supremo? Y a ti, mujer, te pregunto: ¿qué has hecho con tan espectacular don?

Hago esta reflexión a causa del famoso 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, donde se supondría nos festejarán con gran algarabía; sin embargo, habrá que responder si realmente somos y nos comportamos como una verdadera mujer o como una anti-mujer. 

Se dice que el vocablo mujer es el más bello término del diccionario judío, ya que conlleva a referir madre, esposa, novia, hermana. 

Se habla de la mujer virtuosa como aquella que actúa con valores y principios de integridad y sabiduría que benefician al entorno donde se desenvuelve; dígase hogar, trabajo o círculo social. 

En el ámbito religioso la mujer es una piedra preciosa que tiene el corazón lleno de amor y busca bendecir a los demás. ¡Qué concepto más hermoso! 

En el ámbito social se espera que los valores que caracterizan a una mujer son: fiabilidad, trabajadora, buena administradora, generosa, sabia, alegre y sobre todo educa con el ejemplo. Sin duda, otro maravilloso concepto del ser mujer.

En el ámbito real, desde luego hay muchísimas mujeres que viven el ámbito religioso y social en plenitud; más existen aquellas que pudiendo ser como en los ámbitos mencionados se rigen con la mentira, manipulación, descuido, fealdad, frivolidad, despotismo, hipocresía y desdén. 

Lo peor del caso es que no solo evidencian tener estos antivalores con actitudes hacia los demás, sino con ellas mismas; son aquellas mujeres que empobrecen su ser destruyéndose a ellas y a lo que les rodea. 

Se embrutecen con dinero, poder y  vano prestigio; creen tener el mundo a sus pies, cuando en realidad lo que tienen es el ego y la soberbia reinando en su corazón.

¿Y tú, qué mujer eres? ¿Te gustaría modificar a la mujer que eres hoy? Nunca es tarde para comenzar de nuevo.

Concluyo con otra frase de mi pedagogo favorito acerca de la mujer: «La mujer es la fuente de la vida social, es el corazón de la sociedad». 

Feliz Día Internacional de la Mujer, el próximo 8 de marzo.