El don de la salud
Hoy en mis clases hablaba con mis alumnos acerca de la paz, diversas opiniones se dividían y llegamos a la conclusión de que la paz es la capacidad que el ser humano tiene para convivir, respetar y resolver conflictos; eso dice el libro de Formación Cívica y Ética de cuarto grado.
Al estar escuchando las opiniones de los chicos me quedé pensando en que las definiciones de los libros son extraordinarias, pero la vivencia diaria es una verdadera inconsciencia.
Lo que en teoría se dice, no se hace en la práctica. Hablemos simplemente del respeto ¿Quién nos falta al respeto? Primero nosotros mismos y luego por ende dejamos que nos falten al respeto los demás.
Te dicen uso de cubrebocas, sana distancia y no nos importa el contagio ni la salud misma, menos la del prójimo.
Dicen por ahí: “De que lloren en su casa, a que lloren en la mía, mejor que lloren en la suya”; cuánta insensatez tiene esta frase y que falta de dignidad humana.
Así vivimos pisoteando la dignidad del otro y entonces cuál paz, cuál respeto, cuál dignidad humana; pero se culpa a los gobernantes de nuestra falta de conciencia.
La paz se genera en cada persona, no en su gobierno; el respeto se vive en cada acción de tolerancia con otra persona, no lo impone un gobierno.
Desde luego hay normas de sana convivencia, pero eso es para conducirse de manera recta y no para culpar a un gobierno de que no hacen nada; no es el gobierno el que no hace nada, sino tú que tampoco haces nada.
Se vive con la esperanza de un mejor futuro, de un mejor mañana para los niños y jóvenes; a veces solo es eso, una simple esperanza no cumplida.
Hoy en día los chicos se están contagiando, y ¿qué pasa? Los padres de familia los siguen enviando a la escuela, aún en contra de su salud, porque el gobierno dice que hay que abrir escuelas, como borregos vamos a las clases.
No es el gobierno, eres tú padre de un menor quien lo expones al contagio y a perder su salud, no hay nadie que te pueda obligar a enviarlo a la escuela.
Hagamos conciencia, aunque el gobierno nos diga que las escuelas están abiertas, no enviemos a los niños, el contagio es severo.
Les invito a tomar conciencia y a vivir en paz, eso lo van a agradecer las futuras generaciones, ellos necesitan estar salvaguardados, no los expongamos a perder el don de la salud.
FMS