El Emprendedor
Muchas veces las cosas no salen como lo hemos soñado. Soñamos en ese momento en el que todo saldrá bien o en el que el éxito o los beneficios que queremos, finalmente se verán concretados. Con esos sueños, se despierta una emoción de planear algo e inclusive hacernos sentir esa adrenalina por crear o cerrar un trato. Al final, esto nos da ánimos para levantarnos y esforzarnos aún más para que las nuestros sueños se cumplan. Pero, ¿qué pasa cuando ese algo, lamentablemente sale mal?
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