Fotografía: Nelly Téllez

 

¡Tic-tac! ¡tic-tac! El Reloj Monumental de Pachuca ha marcado las horas por más de 100 años, de acuerdo a los registros su maquinaria londinense se mantiene intacta y nunca se ha detenido por voluntad propia, han sido las manos externas las que lo obligaron a detenerse en el 2008 por motivos de restauración y ahí se le pronosticó una vida de por lo menos 500 años más.

Germán Hernández Vera, guía del municipio de Pachuca de Soto, refirió que el reloj no alberga leyenda alguna, ni fantasmas que ahuyenten a las personas, aunque sí podría tener un espíritu que lo custodie, porque ha soportado temblores de forma estoica sin que ni una grieta surgiera en todos estos años.

Pero lo más seguro es que sea debido al proceso para su edificación, pues se apostó por el machimbrado, que en términos más simples, es una técnica de ensamblaje como si de blocks de juguete se trataran, así como por la cantera blanca que es muy resistente. Sí, de seguro debe ser la calidad puesta en cada detalle lo que lo mantiene firme.

Por muchos años el reloj estuvo cerrado, la única visita reglamentaria era la cita con el relojero para darle el mantenimiento, pues hasta hace apenas poco más de ocho años que se decidió abrir las puertas para darle una compañía más cercana, donde se han realizado públicamente tres pedidas de mano, todas ellas exitosas.

Aunque también ha sido testigo de marchas, desencuentros amorosos, mítines, desfiles, manifestaciones en defensa de los derechos humanos, de justicia social, de denunciar a los malos gobernantes de todas las épocas; pero también de festividades, ferias y alegrías.

Éste es el Reloj Monumental de Pachuca que es majestuoso yenigmático. Imponente con sus 40 metros de altura desde la cimentación hasta la cúpula, desbordando su belleza neoclásica por sus costados, con la intriga que siempre se tendrá por conocer el nombre de los artistas italianos detrás de las cuatro esculturas llenas de simbolismo y hechas con mármol de carrara, el mármol más fino que hay.

 

SJA