Discriminación Cero
El Día para la Cero Discriminación fue proclamado por la Asamblea General de la ONU en 2013 y se celebra cada 1º de marzo. El distintivo que utiliza es la mariposa, como símbolo de transformación para llegar a la discriminación cero.
De acuerdo a la Real Academia de la Lengua Española, discriminar es: “Seleccionar excluyendo; dar trato desigual a una persona o colectividad por motivos raciales, religiosos, políticos, de sexo, de edad, de condición física o mental.” De lo anteriormente transcrito, nos encontramos en una sociedad como la mexicana en que se presenta de manera importante la discriminación, así frases acuñadas, cotidianas y por ende ya no meditadas, reflejan las anteriores así como otras formas de discriminación: el negrito, el mocho, no votes por un político, pegas como niña, esto es de hombres o mujeres, según sea el caso, tal o cual materia es para un determinado género, o inclusive, maneja muy mal ha de ser mujer (dicho inclusivo por las propias mujeres), este llora como niña.
Por primera vez en el año 2017, el INEGI recabó información y dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS), que permite reconocer la prevalencia de la discriminación y sus diversas manifestaciones.
La ENADIS capta actitudes, prejuicios y opiniones hacia distintos grupos de la población discriminados por motivos étnicos, etarios, de orientación sexual, entre otros.
El 20.2 % de la población de 18 años y más, esto es, casi una quinta parte de la población adulta, declaró haber sido discriminada en el último año por alguna característica o condición personal, tono de piel, manera de hablar, peso o estatura, forma de vestir o arreglo personal, clase social, lugar donde vive, creencias religiosas, sexo, edad y orientación sexual.
Los motivos que destacan son principalmente forma de vestir o arreglo personal, peso o estatura, creencias religiosas y la edad. Esto hace un campo fértil para las empresas que se dedican a la confección de ropa, estéticas e inclusive productos “milagro” para la reducción de peso o la juventud eterna, lo que incide directamente en otros tópicos, como la economía.
Los principales sitios en donde las personas indígenas y las que tienen alguna discapacidad percibieron haber sido discriminadas, son los servicios médicos, la calle o transporte público, y en sus propios hogares. Esto en una franca oposición al texto constitucional que contiene disposiciones sobre salud universal, además de esquemas de políticas públicas que debieran prevalecer como la infraestructura de las ciudades y el transporte colectivo. Mención aparte merece la percepción de exclusión en el propio seno familiar.
Otras personas que se sintieron vulnerables por su condición de diversidad religiosa, adultos mayores, adolescentes y las mujeres, declararon principalmente la calle, transporte público, el trabajo, escuela y la familia como lugares propicios para ser discriminados. No obstante que la VISIÓN CONSTITUCIONAL es un esquema libre de cualquier cuestionamiento en temas como la libertad de tránsito, laboral, académica y familiar.
El 23.3 % de la población de 18 años y más señaló que en los últimos cinco años se le negó injustificadamente alguno de los derechos. Los derechos que tuvieron mayor mención como negados fueron recibir apoyos de programas sociales, la atención médica o medicamentos.
La situación de discriminación mayormente declarada en los grupos, fue: que lo han insultado, burlado o dicho cosas que le molestan. El 19.3 % de personas con discapacidad declaró que la hacen sentir o miran de forma incómoda.
El 40.3 % de la población indígena declaró que se le discriminó debido a su condición, no obstante que existen grupos que se sienten salvadores de causas que ni siquiera les han consultado y simplemente ignoran; el 58.3 % de las personas con discapacidad, a causa de su condición y de las personas de la diversidad religiosa, el 41.7 % señaló que fue por sus creencias religiosas.
El porcentaje de población de 18 años y más que opina que se respetan poco o nada los derechos para los distintos grupos de población, varía de forma importante. Encabezan la lista el grupo de personas trans con 71.9 % y el de las personas gays o lesbianas con 65.5 por ciento.
El 57.1 % de las mujeres de 18 años y más que se ocuparon en el último año como trabajadoras remuneradas del hogar declaró que en el país se respetan poco o nada sus derechos; le siguen en porcentaje la población indígena y personas con discapacidad.
Por otra parte, aparece la intolerancia entre nosotros mismos, pues esta misma encuesta señala que: “… más del 60 % de la población de 18 años y más está de acuerdo con que “la mayoría de las y los jóvenes son irresponsables”. Siendo que la discriminación por cualquier causa está prohibida desde el primer artículo de la Constitución Mexicana.
No obstante, el respeto constitucional a la libertad religiosa, el 44.7 % estuvo de acuerdo en que “mientras más religiones se permitan en el país, habrá más conflictos sociales”.
Reflexionemos en este primero de marzo para que la discriminación sea cero.
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SJA