Fotografía: Especial

Este día se cumplen dos meses de la explosión de un ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex) en la comunidad de San Primitivo, en el municipio de Tlahuelilpan, que dejó 135 muertos y ocho personas que siguen hospitalizadas, por lo que es considerada como la tragedia más grande en la historia del estado.

A dos meses de la explosión, hasta el momento ocho personas se encuentran hospitalizadas, de las cuales tres se encuentran en el Hospital Galvestón, Texas, en Estados Unidos, mientras que el resto se encuentran en nosocomios de la Ciudad de México.

La Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) abrió 69 carpetas de investigación por las personas no localizadas, mientras que en el sitio de la explosión hallaron 68 cuerpos, mientras que 16 fueron identificados y entregados a sus familiares y otros 52 continúan con las labores médicas forenses tanto la dependencia estatal como de la Fiscalía General de la República (FGR).

El gobernador de Hidalgo, Omar Fayad Meneses, reconoció que se trató de la peor tragedia en la historia del estado, por lo que han colaborado con el gobierno federal y las instancias municipales para atender a los familiares de las víctimas.

El gobierno federal entregó 15 mil pesos a los familiares de las víctimas, mientras que quedaron huérfanos 170 menores de edad, por lo que también se da tratamiento tanatológico y psicológico para superar las pérdidas de seres queridos en la explosión.

El pasado 18 de enero pobladores de la comunidad de San Primitivo comenzaron a extraer hidrocarburo de una toma clandestina y posteriormente explotó, por lo que murieron decenas de personas en el sitio y otras más horas después por las quemaduras que sufrieron.

 

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