Fotografía: Especial

 

Este sábado se presentaron nuevos enfrentamientos entre manifestantes y la Policía en varios puntos de Santiago de Chile, a pesar del “estado de emergencia” decretado por el gobierno para hacer frente con militares a la extendida protesta social en Chile.

Lo que comenzó con un “cacerolazo” popular, con miles de familias haciendo sonar ollas y sartenes, derivó en enfrentamientos entre encapuchados y las fuerzas especiales de la policía y militares en varios puntos de Santiago, como la céntrica Plaza Italia, el frontis de la casa de Gobierno, la plaza de armas de Maipú y en algunos sectores de la comuna de Puente Alto, constató la AFP.

Las cadenas de televisión chilenas mostraron cómo manifestantes bloquearon calles e incendiaron unos cinco autobuses urbanos.

Ante este aumento de ataques incendiarios, el sistema de autobuses público de Santiago fue suspendido este sábado en medio del estallido social.

El general inspector de Carabineros, Mauricio Rodríguez, jefe de la zona Metropolitana, informó que 41 estaciones de la red de Metro sufrieron destrozos y que se produjeron 308 detenciones.

Asimismo, indicó que hay 167 personas heridas, de las que 11 son civiles y el resto agentes de Carabineros, cinco de ellos en estado de gravedad, informaron este sábado fuentes oficiales, 49 vehículos policiales dañados y 11 denuncias de civiles que resultaron heridos. “Estamos desplegados en toda la Región Metropolitana con servicios reforzados”, añadió.

El jefe de la Defensa Nacional designado por el Presidente Sebastián Piñera para enfrentar la crisis ocurrida en Santiago por las protestas motivadas por el alza del precio del Metro, Javier Iturriaga, entregó este sábado un primer balance tras los desmanes ocurridos en la capital.

Según detalló el general de división destacó que “la ciudad se ve en calma”, aunque advirtió que “hay muchas tareas que hacer” para tratar de que el próximo lunes “todos vuelvan a su trabajo y hagan su vida normal”.

El Gobierno chileno decretó el estado de emergencia para controlar los sectores de Santiago que este viernes fueron escenario de violentas protestas, lo que supone confiar a un mando militar la seguridad de la zona e implica una restricción la libertad de locomoción y reunión por un plazo 15 días.

 

SJA