Fotografía: Especial 

 

El helicóptero en el que murieron la gobernadora de Puebla, Martha Érika Alonso; y su esposo el senador Rafael Moreno Valle no debió volar porque tenía dos tornillos sueltos, informó el secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú.

Por tal motivo, el funcionario federal informó que la conclusión final es que no hubo sabotaje, factor externo ni proyectil o explosivo que provocara el desplome.

Detalló que el dictamen, en el que participaron agencias internacionales de aeronáutica, así como los fabricantes del helicóptero, alcanzaron un consenso respecto a que tampoco había falla en los componentes esenciales.

Sin embargo sí hubo falla en el reporte previo de falla en los actuadores lineales de alabeo del sistema de estabilidad número 2, que provocaron su desplazamiento, la inversión de la aeronave y el impacto en esa posición sobre el terreno.

En este sentido, Jimenez Espriú expuso que ese día, de acuerdo con las bitácoras de equipo mínimo, el helicóptero no debió volar, debía estar en tierra y calificó su operación como “una falla enorme”.

Cabe recordar que el 24 de diciembre de 2018, a una semana de haber asumido el cargo tras un intenso litigio en materia electoral, la gobernadora Martha Érika Alonso y su esposa Rafael Moreno Valle, exgobernador de Puebla, líder de la bancada del PAN en el Senado, perdieron la vida al desplomarse el helicóptero en que viajaban.

 

 

SJA