Fotografía: Especial 

 

El Gobierno de El Salvador aplica desde este lunes medidas de seguridad «más drásticas y duras» en las prisiones que albergan a 16 mil pandilleros aproximadamente, donde selló con planchas metálicas las puertas de las celdas, como medida para frenar el alza de homicidios en el país, que entre viernes y domingo dejó 58 asesinatos.

La medida fue adoptada por el director general de Centros Penales, Osiris Luna, quien aseguró que este régimen de aislamiento era aplicado en la cárcel de máxima seguridad de la localidad de Zacatecoluca (centro) y que ahora se extenderá a otras seis prisiones de manera «indefinida».

«No va a entrar ni un solo rayo de sol a ninguna de la celdas» para que «no puedan tener ningún tipo de comunicación», aseguró el funcionario en conferencia de prensa en una prisión en el municipio de Izalco (oeste), donde dijo que estas medidas son «apegadas a la ley» y son «necesarias».

 

El presidente del Salvador Nayib Bukele señaló que tenían información de que las órdenes de elevar la cifra de homicidios salían de las cárceles, por lo que decretó una «alerta máxima».

Una de las principales medidas de seguridad que el Gobierno destaca es el control que posee sobre las cárceles y el bloqueo de toda señal de telefonía.

Junto al anuncio, tanto el director de Centros Penales como otras cuentas del gobierno en Twitter se dedicaron a publicar impactantes imágenes de reos hacinados en las que se observan juntos a miembros de pandillas rivales a juzgar por los tatuajes que los identifican.

En las fotos se ve a decenas de presos juntos, sentados en fila en el suelo y esposados, casi pegados unos sobre otros y solo con algunos de ellos usando cubrebocas.

 

SJA