Fotografía: Especial 

 

Actualmente se están desarrollando estudios para determinar cómo impactará el confinamiento en la alimentación de los mexicanos; sin embargo, los resultados de investigaciones de otros países sobre esta misma situación advierten que hubo un incremento en las porciones y en la ingesta calórica, donde los principales afectados son niños y adolescentes.

La colaboradora del Cuerpo Académico de Epidemiología Nutricional de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) del Instituto de Ciencias de la Salud (Icsa), Jhazmín Hernández Cabrera, explicó que la pandemia está alterando en gran medida la salud nutricional por el gran consumo de alimentos chatarra, principalmente a modo de consuelo y calmar la ansiedad y la tristeza.

Indicó que este encierro favoreció el sedentarismo toda vez que se estima que estos sectores poblacionales disminuyeron diariamente las actividades deportivas en casi 4 horas y se incrementó el tiempo en pantalla en cerca de 5 horas por las clases en línea, así como el tiempo de sueño que también aumentó, aunado a que en México existe un alto factor de riesgo para padecer sobrepeso u obesidad por los hábitos y estilos de vida.

Por otro lado comentó que los menores de edad de una clase social más baja dejaron de percibir los apoyos alimenticios diarios a lo que tenían acceso en las escuelas ya sea a través de comidas calientes o frías, mismos que en estos momentos no los reciben y deben suplirlo con alimentos baratos y llenadores.

Puesto que ellos y sus familias no cuentan con una seguridad alimentaria como los que son de clase media o alta, situación que se agrava si es que los padres se quedaron sin un trabajo y no pueden acceder a alimentos sanos y nutritivos, por lo que a nivel nutricional no se espera un panorama favorable ni alentador.

 

SJA